Las herramientas de recuperación efectivas después del ejercicio son esenciales para optimizar el rendimiento y reducir el riesgo de lesiones, sobre todo cuando se trata de un ejercicio intenso que a menudo conduce al estrés oxidativo, la inflamación y el daño muscular inducido.
Las estrategias nutricionales con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias se exploran cada vez más ya que podrían contrarrestar el estrés oxidativo y la inflamación de manera efectiva, y mejorar así la recuperación y el rendimiento.
Unos compuestos muy estudiados para mejorar el daño muscular son los polifenoles. Estos compuestos, que se encuentran en alimentos como el vino tinto, el té verde y la granada, se han asociado con una mayor resistencia, potencia muscular, consumo máximo de oxígeno y recuperación.
Concretamente la granada tiene aproximadamente tres veces más poder antioxidante que el vino tinto o el té verde, siendo muy efectiva a la hora de eliminar especies reactivas de oxígeno, reduciendo la peroxidación lipídica, modulando la aparición de citocinas proinflamatorias como la interleucina-6 y el factor de necrosis tumoral alfa, y promoviendo la vasodilatación a través de una mayor biodisponibilidad de óxido nítrico.
Dadas estas prometedoras propiedades, investigadores realizaron una revisión sistemática y metaanálisis con el objetivo de evaluar los efectos de la suplementación con granada en los marcadores del daño muscular inducido por el ejercicio, incluyendo la recuperación metabólica, mecánica y neuromuscular, así como la inflamación sistémica.
Los marcadores metabólicos empleados para evaluar el daño a la fibra muscular y la restauración del metabolismo energético fueron la mioglobina y la creatina quinasa. La recuperación mecánica, se midió a partir de los niveles de lactato deshidrogenasa y la proteína C reactiva se empleó como un marcador sistémico de inflamación.
A partir de la revisión realizada, los autores indicaron que “la suplementación con granada no afectó significativamente los marcadores de recuperación metabólica, incluida la mioglobina o la recuperación neuromuscular, como lo indican los niveles de lactato”. Así mismo, el dolor muscular se mantuvo sin cambios.
Sin embargo, se evidenció una reducción significativa en los niveles de lactato deshidrogenasa inmediatamente después del ejercicio, lo que sugiere un efecto protector a corto plazo contra el daño muscular mecánico.
"Esto indica que la suplementación con granada podría ser una estrategia eficaz cuando se trata de disminuir el daño muscular inmediatamente después del ejercicio, lo que puede indicar efectos protectores agudos", rematan los investigadores.