En 2010, el investigador David Fields , doctor en Filosofía, analizaba minuciosamente datos de investigación cuando descubrió algo que le pareció extraño: sus datos mostraban que, a los 6 meses de edad, los bebés alimentados con fórmula, nacidos de madres con obesidad médica, pesaban aproximadamente un 5 % menos de grasa que los bebés amamantados del mismo conjunto de datos.
Este descubrimiento le pareció inusual y lo impulsó a investigar para comprender mejor la leche materna. Ahora, estudia la relación entre la diabetes gestacional materna, la lactancia materna y la salud infantil.
Fields es parte del equipo de investigación detrás de un estudio reciente publicado en The Journal of the American Medical Association que examina los efectos de la leche materna en los hijos de madres con diabetes gestacional.
“La diabetes gestacional es un problema grave. Es perjudicial para la madre porque, si bien desaparece después del parto, suele ser un presagio de que más adelante desarrollará diabetes”, explica el investigador principal.
Fields y sus colegas comenzaron a estudiar parejas madre-bebé con diabetes gestacional en 2019, cuando los Institutos Nacionales de Salud renovaron la financiación para su proyecto de 2015, llamado “Madres y bebés vinculados para un crecimiento saludable (MILK, según las siglas en inglés)”, uno de los estudios más grandes y de mayor duración sobre la lactancia materna en el país.
En aquel entonces, Fields sospechó que la composición de la leche materna de madres con diabetes gestacional sería diferente a la de madres sin la enfermedad.
Cuando comenzaron a investigar las diferencias en la composición de la leche materna de madres con y sin diabetes gestacional, los resultados revelaron una historia inesperada.
Si bien existían nueve diferencias entre la leche materna de madres con diabetes gestacional y de madres sin diabetes gestacional, tres se asociaron significativamente con el crecimiento y la composición corporal. Estas diferencias beneficiaron a los hijos de madres con diabetes gestacional.
Los bebés de madres con diabetes gestacional tuvieron un crecimiento lineal más rápido: eran más largos y crecían más rápido. También presentaron un menor porcentaje de grasa entre el primer y el tercer mes.
"No estaban engordando tanto, lo cual es totalmente opuesto a lo que pensábamos. Pensábamos que estos bebés estarían engordando más, pero no es así", señala el artículo.
Cuando comenzó el estudio MILK, se sabía muy poco sobre la composición de la leche materna. “No sabíamos mucho más allá de los macronutrientes; simplemente cuánta grasa y proteína hay en la leche”, explicó.
Y aunque todavía hay mucho por aprender sobre las diferencias entre la fórmula y la leche materna, y sus efectos en los niños, Fields y su equipo están a la vanguardia en la realización de esos descubrimientos.
“Nuestra moraleja es que la leche es medicina. La leche es la interfaz entre el bebé y la madre. Lo que la madre come y su estilo de vida, ya sea bueno o malo, se transmite al bebé”, concluye.