La glucemia en ayunas alterada (FBG, según sus siglas en inglés) y/o la tolerancia a la glucosa alterada afectan a más de 850 millones de personas en todo el mundo. La prediabetes es una afección de salud grave que incluye ambos parámetros mencionados y que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 (DT2).
La prediabetes es un punto de intervención crítico ya que el avance a la DT2 se puede prevenir o retrasar con modificaciones en el estilo de vida, incluidas las intervenciones dietéticas. Una recomendación dietética destacada alentada por las autoridades sanitarias, como la Organización Mundial de la Salud es consumir productos lácteos bajos en grasa o sin grasa para disminuir el contenido de energía dietética y ácidos grasos saturados (AGS).
Sin embargo, esta guía dietética para limitar la ingesta de AGS para la reducción del riesgo de enfermedades metabólicas, está siendo cuestionada por investigaciones que destacan la complejidad de la clase de AGS y la grasa láctea en su conjunto, girando hacia un enfoque en alimentos integrales y alejándose del enfoque de un solo nutriente.
Evidencia reciente informa asociaciones inversas entre el consumo de yogur y el riesgo de diabetes tipo 2, pero con poca distinción en el contenido de grasa del yogur. La mayoría de las investigaciones observacionales sobre el consumo de yogur entero (FFY) indican una falta de relación o una relación inversa con el riesgo de diabetes tipo 2 y marcadores relacionados, pero la investigación controlada aleatoria es limitada.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. anunció recientemente una nueva declaración de propiedades saludables calificada para el consumo de yogur que potencialmente reduce el riesgo de diabetes tipo 2, pero no especificó un contenido de grasa. Además, no se utilizaron ensayos controlados aleatorios para desarrollar la declaración debido a la falta de disponibilidad de ensayos que evalúen la ingesta de FFY, lo que elucida una brecha de investigación clave.
De esta manera, se destaca la necesidad de estudios de alimentación controlada que evalúen el efecto de la ingesta de FFY. Es en este contexto que un reciente estudio busco determinar si el consumo a corto plazo (3 semanas) de yogur entero (con 3,25 % de grasa), en comparación con yogur descremado (NFY), influye en los resultados metabólicos relacionados con el riesgo de diabetes tipo 2 en personas con prediabetes.
Los investigadores partieron de la hipótesis de que consumir una dieta con 3 porciones diarias de FFY durante 3 semanas produce beneficios en la homeostasis de la glucosa en ayunas y posprandial, la sensibilidad a la insulina y las respuestas de las hormonas metabólicas.
Para comprobar esta misma, 13 personas completaron un ensayo de alimentación controlada, cruzado, aleatorizado, doble ciego, de 8 semanas de duración que comprendió 2 períodos de dieta experimental de 3 semanas en los que los participantes consumieron 3 porciones diarias de yogur entero o descremado; un control de 1 semana precedió a cada período de dieta. Después de cada período de dieta, se midieron los cambios en el manejo de la glucosa en todo el cuerpo y las concentraciones de hormonas metabólicas mediante pruebas de tolerancia a la glucosa oral y de comidas mixtas.
Los resultados muestran que no se observaron diferencias en la concentración de glucosa en sangre a los 120' durante la prueba de tolerancia oral a la glucosa (OGTT, según sus siglas en inglés), entre dietas. “No obstante, las tendencias indican efectos potencialmente beneficiosos de la ingesta de yogur entero (FFY) en otras mediciones de concentraciones de glucosa y péptido C en el transcurso de la OGTT”, explican los autores.
Observaron mayores concentraciones de péptido símil glucagón (GLP-1) en sangre en ayunas y concentraciones de péptido insulino trópico dependiente de glucosa (GIP) posprandiales en respuesta a la ingesta de FFY. “Esto puede indicar un beneficio para la regulación de la glucosa en sangre debido a los efectos sensibilizadores de la insulina de estas hormonas”, refieren.
Los hallazgos aportan información sobre el efecto específico de la ingesta de FFY en las concentraciones de las hormonas incretinas. Estos mismos sugieren potencialmente que “la ingesta de FFY puede obtener beneficios en la homeostasis de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, como se ve en la disminución de las concentraciones de fructosamina en sangre, a través de cambios en las concentraciones de las hormonas incretinas”.
“También observamos concentraciones de adiponectina en sangre en ayunas marginalmente mayores después de la dieta FFY”, señala el estudio. Cabe destacar que las personas con diabetes tipo 2 generalmente tienen concentraciones de adiponectina en sangre más bajas que las personas normoglucémicas, y las personas con concentraciones de adiponectina en sangre más bajas a menudo tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
La adiponectina es una adipocina metabólicamente activa involucrada en la homeostasis de la glucosa y los lípidos, y sus efectos sensibilizadores de la insulina hacen que las concentraciones de adiponectina en sangre sean un objetivo potencial para la reducción del riesgo de diabetes tipo 2. Por lo tanto, “nuestros hallazgos pueden indicar potencialmente beneficios en el manejo de la glucosa en todo el cuerpo, en consonancia con las concentraciones de fructosamina en sangre más bajas observadas en respuesta al consumo de FFY”, resaltan los investigadores.
De esta manera, en base a los observado, los resultados demuestran los beneficios del consumo de FFY a corto plazo en ciertos marcadores de la regulación de la glucosa en sangre, lo que podría reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
Sin embargo, detallan ciertos puntos a tener en cuenta como que la sustitución de yogur entero (FFY) por yogur descremado (NFY) estuvo acompañada de una reducción de carbohidratos en la dieta FFY para mantener dietas experimentales isocalóricas. Como resultado, la dieta FFY contenía 8% más calorías de grasa, mientras que la dieta NFY contenía 8% más calorías de carbohidratos. Esta diferencia debe tenerse en cuenta al interpretar nuestros resultados. “Estos hallazgos sugieren colectivamente que la reducción de carbohidratos junto con la adición de grasa láctea en la dieta FFY puede haber afectado la regulación de la glucosa en sangre”, comentan.
En resumen, los resultados de este ensayo demuestran los efectos beneficiosos de la ingesta de yogur a corto plazo, en comparación con la ingesta de yogur sin grasa, sobre la homeostasis de la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la regulación de las hormonas metabólicas.
A pesar de ello, los expertos incentivan a la realización de investigaciones adicionales para utilizar cohortes más amplias de participantes, períodos de dieta experimental más prolongados y diferentes combinaciones de productos lácteos enteros.
“En la búsqueda de estrategias para mitigar la creciente incidencia de diabetes tipo 2 a nivel mundial, el consumo de grasa láctea puede proporcionar una vía para la reducción del riesgo de enfermedades metabólicas en espera de investigación clínica adicional”, concluyen.