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Desarrollan las primeras recomendaciones para el manejo nutricional de la sarcopenia en la diabetes

Desarrollan las primeras recomendaciones para el manejo nutricional de la sarcopenia en la diabetes

La sarcopenia diabética, que acelera la pérdida muscular en diabéticos tipo 2, aumenta los riesgos de mortalidad y complicaciones clínicas. El nuevo estudio revela cómo la nutrición adecuada para ambas patologías puede ayudar a su evolución
DM2 SARCOPENICA
El nuevo estudio resalta la importancia de contemplar ambas patologías en la elaboración de recomendaciones nutricionales

La sarcopenia es una afección geriátrica que se caracteriza por la pérdida progresiva de masa y función muscular, y se asocia con diversos efectos adversos para la salud, como fracturas, deterioro funcional y muerte. 

 

Si bien afecta comúnmente a personas mayores, también puede ser prevalente en ciertas poblaciones, como quienes padecen cáncer, trastornos metabólicos, disfunción renal y trastornos hepáticos. La sarcopenia también puede considerarse un importante indicador pronóstico en términos de supervivencia y complicaciones clínicas en estos pacientes. 

 

La sarcopenia diabética (SD) se caracteriza por la pérdida de masa muscular en personas con la enfermedad, a diferencia de la masa muscular normal, tanto histológica como fisiológicamente. 

 

La diabetes es un factor importante en la pérdida de músculo esquelético y afecta la composición corporal, específicamente la grasa visceral y la disminución de la masa muscular y ósea, en individuos con diabetes tipo 2 (DM2). Además, se puede observar un aumento del estrés oxidativo, un aumento en la incidencia de desnutrición y varios desequilibrios energéticos debido al estado inflamatorio que causa la diabetes. 

 

La sarcopenia y la DM2 están correlacionadas en ambas direcciones y aumentan los riesgos de cada una en un círculo vicioso. Recientemente, se ha afirmado que la tasa de mortalidad en pacientes con DM2 y sarcopenia es más alta que en otros pacientes. 

 

El mal control glucémico, especialmente en individuos con diabetes, está directamente relacionado con la pérdida muscular, la disminución de la fuerza y ​​el rendimiento físico general.

 

A la luz de esta información, una reciente revisión sistemática se centró en comprender los mecanismos del SD y analizar su relación con la nutrición mediante una revisión exhaustiva de la literatura. 

 

A diferencia de estudios previos, este integró exhaustivamente la relación entre los mecanismos biológicos implicados en el proceso de la sarcopenia diabética (SD) y las intervenciones nutricionales, y ofrece una perspectiva que destaca la interacción entre el mecanismo y la nutrición, que ha sido limitada en la literatura previa.

 

Principales mecanismos fisiopatológicos implicados en la sarcopenia diabética 

 

El principal mecanismo de la DMT2 es la resistencia a la insulina (IR), y uno de los órganos diana de la insulina es el sistema músculo esquelético. En presencia de resistencia a la insulina, la degradación de proteínas puede ser promovida y la síntesis de proteínas puede ser prevenida por el mecanismo de insulina deteriorado. 

 

“De esta manera, pueden ocurrir disminuciones tanto en la masa muscular como en la fuerza muscular. Una IR que ocurre en la musculatura esquelética es un factor muy importante en la exacerbación de la sarcopenia”, señalan los autores. 

 

Mencionan que el aumento de los niveles de sustancias proinflamatorias que se observa en la diabetes, como TNF-α, PCR e IL-6, es perjudicial para el crecimiento y la funcionalidad de los músculos. “En comparación con los controles no diabéticos, las personas con DM2 experimentaron una mayor pérdida de músculo y fuerza en las piernas durante un período de tres años”, resaltan. 

 

En particular, el estrés oxidativo es el factor principal que desencadena la atrofia del músculo esquelético. En las primeras etapas de la atrofia muscular, el estrés oxidativo se activa y puede ser regulado por varios componentes.  “La hiperglucemia en particular puede causar que se produzcan niveles más altos de especies reactivas del oxígeno (ROS), favoreciendo el incremento del perfil oxidativo”, explican. 

 

En pacientes con DMT2, la hiperglucemia está relacionada con el envejecimiento, la IR y la acumulación persistente de productos finales de glicación avanzada (AGE). Esto cobra relevancia dado que los autores señalan que “se ha demostrado que la acumulación de AGE causa atrofia y disfunción del músculo esquelético”. 

 

Recomendaciones nutricionales de los expertos a partir de los mecanismos moleculares identificados

 

Se sabe que la restricción calórica es una estrategia eficaz para la pérdida de peso, especialmente en personas con sobrepeso y obesidad. Sin embargo, si bien la pérdida de peso puede conducir a la remisión de la diabetes tipo 2 en personas con diabetes, también puede provocar pérdidas significativas de masa muscular

 

Aunque no hay una recomendación específica para la SD, la mayoría de los estudios consultados por los autores recomiendan una ingesta energética que vaya entre los 25 a 30 kilocalorías por kilogramo de peso al día. Sin embargo, es difícil establecer un criterio común ya que la mayoría de los estudios a la actualidad abarcan estos cuadros patológicos por separado. 

 

A pesar de ello, mencionan que se ha informado repetidamente que la ingesta energética es significativamente menor en individuos con DM2 y sarcopenia. “Por lo tanto, se recomienda una ingesta energética adecuada para pacientes diabéticos que no sean pacientes con obesidad mórbida”, deja ver el estudio. 

 

Asegurar una ingesta adecuada de proteínas es fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular. Según la guía ESPEN, se recomienda un mínimo de 1 a 1,2 g para personas mayores, y se pueden aumentar las ingestas en presencia de comorbilidades. Las recomendaciones de proteínas para la diabetes mellitus tipo 2 son compatibles con las antes mencionadas. 

 

Además de las cantidades de ingesta de proteínas, las fuentes de proteínas dietéticas también son muy importantes. En este sentido, el articulo cita diferentes investigaciones en las que se “encontró que la administración a corto plazo de aminoácidos ramificados de cadena larga (BCAA) se asoció con efectos positivos a corto plazo sobre los parámetros sarcopénicos”. 

 

Además, el número y el horario de las comidas también pueden ser importantes en la sarcopenia diabética. Por ejemplo, se afirma que “consumir más proteínas en el desayuno puede prevenir la sarcopenia que consumir más proteínas en la cena”. 

 

Con respecto a las grasas, refieren que mientras que la ingesta de PUFA omega-3 tiene un efecto positivo en los parámetros de sarcopenia, se ha determinado una relación negativa entre la ingesta de PUFA omega-6 y la sarcopenia. 

 

“La suplementación con PUFA omega-3 tiene un efecto positivo en la masa muscular corporal general y la fuerza muscular. Por otro lado, se ha reportado que estas grasas tienen un efecto antiinflamatorio y anabólico sobre la masa muscular y previenen el catabolismo muscular en la SD”.

 

Se ha demostrado que la dieta mediterránea promueve o juega un papel crítico directamente en la preservación del músculo esquelético debido a su rico contenido de micronutrientes con propiedades antioxidantes y potencial antiinflamatorio. 

 

De esta manera, “la dieta mediterránea y los estilos de alimentación saludables pueden ser beneficiosos para prevenir la SD, pero se necesitan más estudios”, subrayan los expertos. 

 

Proyecciones a futuro y conclusiones de los expertos

 

Si bien existen numerosos nutrientes y tipos de dieta que influyen positivamente en la fuerza muscular, el rendimiento físico y otros parámetros relacionados en personas con sarcopenia diabética (SD), actualmente no existen recomendaciones basadas en la evidencia para el manejo nutricional de estas personas debido a la variabilidad de los resultados de la literatura. 

 

Por lo tanto, es importante en esta etapa guiarse por guías eficaces y aplicables relacionadas con la diabetes y la sarcopenia. Al evaluar estas guías en general, se puede afirmar que las recomendaciones se formulan considerando los parámetros de la diabetes y la sarcopenia por separado. 

 

A pesar de ello, los resultados de la revisión permitieron a los autores a comenzar a construir una serie de recomendaciones que contemplen ambos cuadros clínicos de manera simultánea. 

 

En resumen, los aspectos más relevantes señalan que es importante determinar “la ingesta energética en individuos con SD en más de 30 kcal/kg. Para estos individuos, se recomienda una ingesta de proteínas de al menos 1–1.2 g/kg/día, con énfasis en el número y horario de las comidas y un patrón nutricional rico en aminoácidos de cadena ramificada (AACR). Además, es importante adoptar una dieta rica en antioxidantes y elegir patrones de alimentación que contengan niveles suficientes de macro y micronutrientes”.  

 

“Debe tenerse en cuenta que no tener en cuenta las diferencias individuales puede llevar a una aplicabilidad limitada del plan de terapia nutricional. En este contexto, se cree que sería beneficioso desarrollar directrices nuevas y actualizadas con la investigación en curso sobre SD”, concluyen los autores. 

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