Los alimentos de origen vegetal han ganado popularidad en las dietas occidentales. En comparación con los alimentos de origen animal, pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y tener efectos beneficiosos para la salud.
Algunas alternativas al queso, la carne y el pescado se someten a procesos industriales para lograr un sabor muy agradable e imitar los alimentos de origen animal. Sin embargo, los alimentos ultraprocesados resultantes (UPF, por sus siglas en inglés) pueden afectar negativamente la salud humana, por ejemplo, debido a una mayor exposición a sustancias químicas y microplásticos (FPF reportado).
Alicia Macan Schönleben, de la Universidad de Amberes (Bélgica), y sus coautores, descubrieron que los nuevos alimentos ultraprocesados de origen vegetal presentan niveles más altos de contaminación con organofosforados, ftalatos y plastificantes alternativos en comparación con los alimentos de origen animal.
En su artículo, publicado en la revista Environmental Science & Technology, demuestran además que la contaminación química difiere entre las categorías de alimentos de origen vegetal. Con una media de 123 ng/g de peso húmedo (p.h.) de organofosforados y 1.155 ng/g de p.h. de ftalatos y otros plastificantes, los niveles de contaminación fueron más altos en el queso, en comparación con las alternativas a la carne y el pescado.
Los investigadores señalaron que la ingesta diaria de las sustancias químicas evaluadas, suponiendo una dieta vegana, "es poco probable que represente un riesgo significativo para la salud de la población adulta".
Sin embargo, muchas más sustancias químicas, incluidas las peligrosas, pueden estar presentes en los alimentos debido a la migración de los materiales en contacto con alimentos (FCM) que no se consideraron en la evaluación de riesgos de los autores.
Para rastrear el origen de las sustancias químicas presentes en los UPF, Macan Schönleben y coautores analizaron su presencia y niveles en el empaque de los alimentos. Se encontró que algunas sustancias químicas estaban presentes en el UPF y el empaque, lo que convierte al empaque en una fuente potencial de estas sustancias químicas en los UPF.
Los autores plantean la hipótesis de que los equipos de procesamiento industrial y los guantes utilizados durante la manipulación de alimentos son fuentes adicionales al empaque y atribuyen la contaminación a "múltiples fuentes a lo largo de la cadena de suministro y procesamiento de alimentos".
Los científicos investigaron 52 alternativas a la carne, el queso y el pescado basadas en diferentes plantas (p. ej., soja, legumbres, semillas y frutos secos), así como sus envases. Las muestras se recolectaron entre marzo y abril de 2023 en Bélgica, Alemania y el Reino Unido. Las sustancias químicas extraídas de las muestras se analizaron mediante cromatografía líquida-espectrometría de masas (LC-MS/MS) para detectar 17 organofosforados, ocho ftalatos y 11 plastificantes alternativos. Para evaluar la seguridad química de los productos, los investigadores calcularon una ingesta diaria estimada de las sustancias químicas investigadas y la compararon con los valores recomendados para la salud.
Las razones por las que los consumidores prefieren los UPF a los alimentos frescos de origen vegetal incluyen la facilidad de uso, la asequibilidad y la publicidad de los alimentos. Anteriormente, científicos han señalado que los UPF y los plásticos están estrechamente vinculados, lo que amplifica su consumo excesivo y sus impactos perjudiciales para la salud y el medio ambiente.