Relacionan los probióticos y simbióticos con mejores niveles de azúcar en sangre
Trabajar el microbioma intestinal es una forma subestimada, aunque con respaldo científico, de mejorar significativamente el equilibrio glucémico. Así, muchos investigadores consideran los probióticos como un potencial factor innovador para el control de la diabetes, o bien para quienes buscan un apoyo adicional para el nivel de azúcar en sangre.
Es en este marco que un equipo de investigadores se ha propuesto analizar específicamente cómo la suplementación con probióticos o simbióticos, una combinación de probióticos y fibras prebióticas, afecta el control glucémico en personas con diabetes.
Estudian los probióticos y simbióticos en la salud intestinal
Los investigadores analizaron y combinaron datos de 41 ensayos controlados aleatorizados, que incluían un total de casi 3000 personas con diabetes tipo 1 o 2. Más específicamente, analizaron el uso de probióticos o simbióticos en los niveles de glucosa en sangre, como la hemoglobina A1c (HbA1c), la glucosa en ayunas y los niveles de insulina en sangre.
Conviene recordar que los probióticos son microorganismos vivos (generalmente bacterias o levaduras) con un impacto positivo en la salud. Ahora bien, existen miles de cepas probióticas diferentes, cada una con efectos ligeramente diferentes en el intestino.
Los prebióticos, por otro lado, son fibras que nutren únicamente a las bacterias beneficiosas que residen en el intestino. Los simbióticos, sin embargo, son una combinación de prebióticos y probióticos. La idea detrás de los simbióticos es que, al proporcionar tanto los organismos vivos como los nutrientes que necesitan para prosperar, se puede lograr un mayor impacto en el intestino que utilizando cualquiera de los dos por separado.
Cabe destacar que ninguna combinación de probióticos o simbióticos fue igual en los 41 ensayos incluidos en este análisis más amplio.
Los probióticos y simbióticos se relacionan con mejores niveles de azúcar en sangre
En general, los resultados mostraron mejoras significativas en las tres medidas de control de la glucemia después de aproximadamente 12 semanas de suplementación, siendo la HbA1c la más pronunciada. Esto tiene sentido, pues la HbA1c representa los niveles promedio de azúcar en sangre durante los últimos dos o tres meses (y se expresa como un porcentaje).
Dado que un probiótico o simbiótico fue el principal cambio que realizaron los participantes en tres meses, es una señal prometedora ver que este importante indicador de la salud metabólica comienza a disminuir.
Los niveles de glucosa e insulina en ayunas también mejoraron en este grupo (aunque hubo mayor variabilidad). Acerca de esto, los niveles de glucosa e insulina son indicadores precisos del estado actual de la glucemia y podrían verse afectados por factores no relacionados, como el estrés o la falta de sueño.
El papel del intestino en la salud metabólica
Los probióticos y la fibra, así como la mejora de la salud intestinal en general, se relacionan de varias maneras con un mejor control del azúcar en sangre.
Restablecer el equilibrio intestinal
Las investigaciones demuestran que las personas con diabetes también presentan disbiosis intestinal (un desequilibrio entre las bacterias beneficiosas y las perjudiciales). La disbiosis intestinal puede contribuir a una inflamación leve y a un empeoramiento de la sensibilidad a la insulina. Los probióticos pueden ayudar a corregir parte de este desequilibrio al proporcionar microbios beneficiosos al intestino, mientras que los prebióticos favorecen el desarrollo de las bacterias beneficiosas ya presentes.
Disminuir la absorción de glucosa en el torrente sanguíneo
Los prebióticos son fibra y ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en sangre después de comer, ralentizando la digestión de los carbohidratos y evitando que los niveles de azúcar en sangre se disparen.
Reducir la inflamación
Los probióticos pueden aportar propiedades antiinflamatorias al intestino, lo que puede ayudar a mitigar y aliviar los trastornos metabólicos asociados con la inflamación crónica y el estrés oxidativo, incluida la diabetes.
En resumen, controlar y prevenir las enfermedades metabólicas, incluida la diabetes tipo 2, es más importante que nunca. Si bien la dieta y el ejercicio desempeñan un papel fundamental en el control del azúcar en sangre, otras terapias, como las que favorecen la salud intestinal, son eficaces y suelen ser fáciles de incorporar a la rutina diaria.
Así, incorporar alimentos fermentados para obtener probióticos, consumir frutas, verduras y cereales ricos en fibra, y una suplementación específica con probióticos o simbióticos multicepa puede ser un punto de partida, tal y como se desprende de este estudio.
