El impacto de la contaminación ambiental sobre la salud metabólica de los niños y adolescentes
Los cambios en el índice de masa corporal (IMC) durante la adolescencia juegan un papel importante en la asociación entre la exposición a la contaminación del aire y la resistencia a la insulina, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina Keck de la USC.
El estudio, publicado en JAMA Network Open , reveló que los niños expuestos a niveles más altos de contaminación atmosférica relacionada con el tráfico (específicamente óxidos de nitrógeno) tendían a presentar un IMC más alto a los 13 años y a un rápido aumento de peso desde la adolescencia hasta la adultez temprana. Esto, a su vez, se relacionó con mayores niveles de resistencia a la insulina a mediados de la veintena.
“Estimamos que aproximadamente el 42% de la relación entre la exposición temprana a la contaminación y la resistencia a la insulina se puede explicar por trayectorias de crecimiento acelerado del IMC (que describe cómo cambia el IMC de un individuo con el tiempo) y contribuye además a la resistencia a la insulina, un factor de riesgo clave para la diabetes tipo 2”, menciona Fangqi Guo, autor principal del estudio.
“Estos hallazgos se mantuvieron incluso después de considerar otros factores como el tabaquismo, la raza/etnia, el nivel socioeconómico y los antecedentes parentales de diabetes”, afirma Guo. “Nuestro descubrimiento es especialmente importante para las familias y los niños que viven en zonas urbanas con mucho tráfico, quienes ya podrían enfrentar otras disparidades socioeconómicas o de salud”, añade.
Implicaciones sobre la salud metabólica
Con la creciente incidencia de diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina entre adultos jóvenes y niños, los hallazgos del estudio revelan cómo los efectos nocivos de la contaminación del aire pueden contribuir a problemas metabólicos a largo plazo.
En este estudio, el equipo de investigadores exploró específicamente los óxidos de nitrógeno (NOx) emitidos por los vehículos motorizados, categorizados como contaminación atmosférica relacionada con el tráfico (TRAP, por sus siglas en inglés). La exposición a TRAP se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, pero el mecanismo subyacente de esta asociación no se comprende completamente. Este estudio reveló que la exposición a TRAP en la infancia se asocia con un mayor riesgo de resistencia a la insulina en la adultez temprana, y esta asociación podría explicarse en parte por un IMC más alto y un aumento acelerado del IMC desde la adolescencia temprana hasta la adultez temprana.
El estudio incluyó datos de Meta-Air2, un subestudio en curso del Estudio de Salud Infantil del Sur de California (CHS) y contó con 282 participantes matriculados en jardín de infantes o primer grado en 2003, que fueron seguidos activamente hasta 2014. Los investigadores iniciaron un estudio de seguimiento en 2023 donde los participantes, ahora adultos jóvenes, proporcionaron muestras de sangre para pruebas de biomarcadores metabólicos.
Informar sobre intervenciones de salud pública
“Al identificar el aumento de peso durante la adolescencia como una vía clave entre la exposición a la contaminación atmosférica y la resistencia a la insulina, nuestra investigación subraya la importancia de las intervenciones tempranas. Estas incluyen promover hábitos de vida saludables, el control del peso y mejorar la calidad del aire, con el fin de reducir el riesgo de enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida”, subraya Guo. “Las iniciativas de salud pública que aborden tanto la exposición ambiental como la obesidad infantil podrían tener un impacto significativo”.
