Estudian los resultados de salud de personas sin enfermedad celíaca que evitan el consumo de gluten
La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) se define como la presencia de síntomas inducidos por el gluten sin evidencia de enfermedad celíaca (EC) o alergia al trigo. Los pacientes pueden experimentar síntomas gastrointestinales como distensión abdominal, diarrea y dolor abdominal, así como varios síntomas extraintestinales como mialgia, cansancio y confusión mental.
La principal característica diagnóstica es una respuesta beneficiosa a la evitación del gluten en la dieta. Se ha sugerido un ensayo de provocación con gluten controlado con placebo de 15 semanas, que incluye un ensayo cruzado de 3 semanas, como prueba confirmatoria para la SGNC; sin embargo, esto es difícil de implementar y el rendimiento diagnóstico no está claro.
En consecuencia, la mayoría de los diagnósticos se basan en autoinformes, lo que dificulta estimar el papel del gluten en la causa de los síntomas y proporcionar pautas basadas en la investigación para el manejo y el seguimiento.
Como una entidad relativamente nueva, SGNC implica varias preguntas clínicas y de investigación sin respuesta. De hecho, sigue siendo debatible si la condición es causada por el gluten o, al menos parcialmente, por otros componentes encontrados en los cereales. También podría haber una superposición clínica sustancial con los subtipos del síndrome del intestino irritable (SII).
Curiosamente, hay alguna evidencia que sugiere que los individuos con SGNC pueden presentar síntomas persistentes y un bienestar deteriorado a pesar de evitar el gluten. Sin embargo, en general, la historia natural y los resultados del tratamiento a largo plazo han sido poco estudiados.
En este contexto, un reciente estudio se propuso explorar los resultados a largo plazo de la intolerancia autodeclarada a los cereales con gluten. Para ello, invitaron a un estudio de seguimiento a 66 personas adultas sometidas a estudios exhaustivos debido a esta afección entre 1995 y 1997. Se hizo hincapié en la persistencia de los síntomas, la posible aparición de EC durante el seguimiento, la calidad de vida relacionada con la salud actual y cuántos seguían evitando los cereales con gluten después de 25 años.
En este estudio, se invitó a los individuos a un examen médico completo, que incluyó la medición de anticuerpos y síntomas de enfermedad celiaca (EC), así como una evaluación de la calidad de vida mediante la Escala de Evaluación de Síntomas Gastrointestinales (ESG) y el Índice de Bienestar Psicológico General (IBPG). Se debe tener en cuenta que Individuos sanos (n= 160) y pacientes con EC sin tratamiento (n= 128) sirvieron como controles.
Los efectos de mantener una dieta libre de gluten sin diagnóstico de celiaquía
Luego de analizar los resultados, los investigadores observaron que la mitad de los participantes seguían evitando los cereales con gluten luego de las pruebas. En este sentido, destacan que ninguno de ellos tenía diagnóstico de enfermedad gastrointestinal y todas presentaban serología negativa para la EC.
Todo el grupo de estudio presentó puntuaciones totales de síntomas gastrointestinales significativamente más altas y otras subpuntuaciones que los controles sanos, y puntuaciones totales y de estreñimiento más altas que los pacientes con EC sin tratamiento. Además, el grupo presentó peores puntuaciones totales del Índice de Bienestar Psicológico General con peores resultados de autocontrol, salud general y vitalidad que los pacientes con EC sin tratamiento.
“Ninguno de los participantes en el presente estudio que originalmente reportaron síntomas por consumir cereales que contenían gluten desarrolló EC o había adquirido algún diagnóstico de enfermedad intestinal durante los 25 años de seguimiento”, aclaran los autores.
Por otra parte, aunque la mitad de los participantes se adhirieron a una restricción dietética, todo el grupo de estudio seguía mostrando más síntomas gastrointestinales y una peor calidad de vida que los controles o incluso que los pacientes con EC no tratados, y peores puntuaciones de salud general y dolor que la población general.
De acuerdo con el nuevo estudio, casi la mitad de los participantes cumplían los criterios de Roma IV para el síndrome de intestino irritable (SII) actualmente sin diagnóstico previo de la enfermedad. “Como una dieta baja en FODMAP implica una ingesta reducida de gluten, es posible que el SII y la SGNC sean, al menos en parte, variantes de la misma entidad”, sugieren los expertos. De hecho, doce participantes cumplieron los criterios para el síndrome del intestino irritable.
Además del deterioro de la calidad de vida, subrayan que la depresión fue tres veces más frecuente entre los participantes del estudio. En este sentido, comentan que “la depresión es una característica bien conocida de la EC sin tratar, mientras que la asociación entre los síntomas depresivos y la SGNC se ha estudiado escasamente”.
En resumen, ninguno de los participantes había desarrollado EC ni había sido diagnosticado con enfermedad gastrointestinal durante 25 años. A pesar de mantener una dieta libre de gluten sin un diagnóstico positivo, se reportaron más síntomas gastrointestinales y una peor calidad de vida, incluso en comparación con los pacientes con EC sin tratamiento.
