"Un nivel óptimo de magnesio puede contribuir a la reducción de los procesos neurodegenerativos"

El magnesio actúa como cofactor en más de 300 reacciones enzimáticas del cuerpo humano, desempeñando un papel clave en la función del sistema nervioso, la producción de energía, la homeostasis celular y la regulación de los procesos inflamatorios y oxidativos. Los iones de magnesio son cruciales para mantener el equilibrio de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y el glutamato, que tienen efectos directos en el estado de ánimo y las funciones cognitivas. Además, el magnesio participa en la regulación del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), uno de los principales sistemas que controlan la respuesta del cuerpo al estrés.  

En los últimos años, se ha dirigido un creciente interés en la investigación sobre el papel potencial del magnesio en varios trastornos mentales y neurológicos, particularmente en la depresión, la migraña y la enfermedad de Alzheimer. Estudios epidemiológicos y clínicos sugieren que la deficiencia de magnesio puede estar asociada con la aparición y progresión de estas afecciones, mientras que una suplementación adecuada de magnesio puede ejercer un efecto protector.  

Si bien los hallazgos de diferentes investigaciones respecto al uso de magnesio en estas patologías parecen prometedores, aún existen ciertas lagunas para abordar. Es por ello por lo que una nueva revisión se propuso como objetivo evaluar sistemáticamente el papel del magnesio en la patogénesis y el tratamiento de la depresión, la migraña y la enfermedad de Alzheimer, así como en la salud cognitiva.  

El papel de la suplementación con magnesio en el tratamiento de la depresión 

Luego de analizar la bibliografía, los autores señalan que varios estudios epidemiológicos y clínicos han confirmado que los pacientes deprimidos a menudo presentan niveles bajos de magnesio, lo que puede contribuir a “la aparición o empeoramiento de la enfermedad”. En este sentido, explican que el magnesio juega un papel clave en la regulación de los procesos neurológicos, incluido el equilibrio de los neurotransmisores (como el glutamato, el GABA y la serotonina), así como en la reducción del estrés oxidativo y la inflamación.  

Sin embargo, aclaran que “la efectividad de la suplementación con magnesio en el tratamiento de la depresión se ha evaluado solo en un número limitado de estudios, y los resultados siguen sin ser concluyentes”. Esto se debe a que varios ensayos clínicos incluidos han mostrado resultados mixtos con respecto a la asociación de la suplementación con magnesio y la depresión, mientras que otros han indicado una mejora en los niveles séricos de magnesio y los síntomas depresivos.  

Por ejemplo, una de las investigaciones incluyo a 46 pacientes deprimidos, los cuales recibieron 500 mg de óxido de magnesio diariamente durante 8 semanas como monoterapia. En el grupo de tratamiento, hubo una mejora significativa en sus puntuaciones del Inventario de Depresión de Beck y sus niveles séricos de magnesio aumentaron, aunque no hubo un cambio significativo en sus niveles de Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF).  

“En general, los estudios sugieren que la suplementación con magnesio puede tener un efecto beneficioso sobre los síntomas depresivos, pero el grado y la consistencia de su efecto varían. Si bien varios estudios han encontrado mejoras significativas, otros fueron menos exitosos. Se necesita más investigación para determinar mejor la dosis óptima, los mecanismos subyacentes y los resultados a largo plazo”, dejan ver los expertos.  

La suplementación con magnesio y su impacto en la migraña  

El magnesio desempeña un papel esencial en la función neurológica, incluida la neurotransmisión, la regulación del tono vascular y la inhibición de los receptores NMDA. De acuerdo con el nuevo trabajo científico, se ha demostrado que los pacientes con migraña frecuentemente presentan niveles bajos de magnesio sérico e intracelular, particularmente durante los ataques de migraña.  

“La deficiencia de magnesio puede contribuir a la hiperexcitabilidad neuronal, el desarrollo de depresión cortical propagada (CSD) y una mayor activación del sistema trigéminovascular, todos los cuales son mecanismos centrales en la patogénesis de los ataques de migraña”, señalan.  

Cabe destacar que se ha comprobado que el magnesio oral utilizado con fines profilácticos (por ejemplo, óxido de magnesio en una dosis diaria de 400–600 mg) es eficaz en varios ensayos controlados aleatorios para reducir la frecuencia e intensidad de los ataques de migraña, especialmente en casos de migraña menstrual y migraña con aura. Por otra parte, el uso de sulfato de magnesio intravenoso en el tratamiento de las crisis de migraña aun presenta resultados parcialmente contradictorios.  

En base a los hallazgos, los expertos destacan que “la literatura sugiere que diversas formas de magnesio pueden ser eficaces tanto para el manejo como para la profilaxis de la migraña aguda, en particular en la migraña con aura. Los tratamientos con magnesio generalmente presentan un perfil de seguridad favorable, aunque se justifican más investigaciones para comprender mejor sus mecanismos y optimizar los protocolos terapéuticos”.  

El vínculo entre la enfermedad de Alzheimer y el magnesio

La enfermedad de Alzheimer (EA) se caracteriza por la pérdida neuronal progresiva que afecta a múltiples regiones cerebrales. A pesar de los extensos esfuerzos de investigación, actualmente no existe una cura efectiva. El éxito limitado de las intervenciones farmacológicas en las últimas décadas ha cambiado el enfoque hacia la prevención y la identificación de factores de riesgo modificables involucrados en la patogénesis de la enfermedad.  

En este contexto, el magnesio ha ganado un creciente interés científico debido a su participación en numerosos procesos neurobiológicos que potencialmente influyen en la aparición y progresión de la EA. Aunque los mecanismos precisos permanecen incompletamente dilucidados, estudios citados por los autores han identificado varias vías a través de las cuales el magnesio puede ejercer un efecto protector.  

Dentro de estas, identificaron que el magnesio desempeña un papel crítico en el mantenimiento de la plasticidad sináptica y la función neuronal. Además, modula la actividad de los receptores de glutamato N-metil-D-aspartato, que son esenciales para el aprendizaje y la memoria. “Al atenuar la sobreactivación de estos receptores, el magnesio puede conferir beneficios neuroprotectores”, justifican.  

La neuroinflamación crónica es otro factor importante en el desarrollo de la EA. La microglía activada y la sobreproducción de citocinas proinflamatorias contribuyen a respuestas neuroinflamatorias sostenidas y a la neurodegeneración posterior. “El magnesio puede ejercer efectos inmunomoduladores que reducen la inflamación del sistema nervioso central y retardan el daño neuronal asociado”, sugieren.  

En resumen, el magnesio desempeña un papel importante tanto en la prevención como en el tratamiento adyuvante de los trastornos neurológicos. Según la evidencia actual, la suplementación con magnesio puede ofrecer una opción terapéutica prometedora en el tratamiento de la depresión, especialmente en casos leves a moderados. En el contexto de la migraña, el magnesio, cuando se usa profilácticamente, ha demostrado eficacia y seguridad, especialmente en pacientes con aura. En cuanto a la demencia y la enfermedad de Alzheimer, mantener niveles adecuados de magnesio parece tener valor preventivo, especialmente en adultos mayores y personas con factores de riesgo metabólico.  

En base a estos hallazgos, los investigadores concluyen que “un nivel óptimo de magnesio puede contribuir a la reducción de los procesos neurodegenerativos gracias a sus mecanismos antioxidantes, antiinflamatorios y neuroprotectores”.