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"La microbiota no sólo depende de la dieta, sino que es multifactorial"

"La microbiota no sólo depende de la dieta, sino que es multifactorial"

Los resultados del nuevo trabajo muestran que la alimentación influye en la diversidad y composición de la microbiota y, por tanto, en la salud
Grupo microbiota
Grupo de Investigación en Microbioma.

La microbiota se define como un conjunto de bacterias, virus, eucariotas microscópicos y hongos que habitan el intestino, así como las proteínas y otros compuestos que producen. Normalmente, se tiende a pensar en las bacterias y los virus como algo malo, pero la realidad es que los microbios intestinales tienen un gran impacto positivo en la salud.   

 

Los microorganismos de la flora intestinal pueden ayudar a entrenar el sistema inmunitario; ayudar a digerir los componentes no digeribles de la dieta (fibra) e incluso ayudar a eliminar patógenos o incluso atacarlos para eliminarlos en el intestino y así evitar enfermedades.   

 

El microbioma desempeña un papel fundamental en la salud digestiva y nutricional. En primer lugar, los microbios pueden digerir sustancias como las fibras no digeribles. A partir de estas, pueden producir compuestos beneficiosos, como los ácidos grasos de cadena corta.   

 

Estos ácidos grasos son moléculas con propiedades antiinflamatorias que las células utilizan para obtener nutrición o energía. También ayudan a absorber diferentes nutrientes y pueden producir micronutrientes, como vitaminas, que no se podrían producir por cuenta propia.  

 

Teniendo en cuenta esta información, el grupo de Investigación en Microbioma del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) ha liderado un trabajo para analizar la microbiota en función de la dieta, el estilo de vida y el lugar de residencia. Para ello, el estudio incluyó personas de las diferentes regiones de España.  

 

Seguir una dieta sana se asoció con una mejor microbiota  

 

La microbiota puede verse influenciada por multitud de factores personales, de estilo de vida y ambientales. Uno de los objetivos del trabajo del VHIR ha sido entender cómo las recomendaciones nutricionales nacionales pueden influir en la microbiota y, por tanto, en la salud. “Es uno de los mayores estudios sobre la composición y la función de la microbiota intestinal en función de la dieta y el estilo de vida en la población española”, asegura la Dra. Chaysavanh Manichanh, jefa del grupo de Investigación.  

 

El trabajo ha contado con la participación de 1.001 participantes sanos de todas las comunidades autónomas de España, divididos en cuatro regiones: mediterránea, norte, interior, e islas. Todo el mundo respondió a unos cuestionarios con datos personales, de lugar de residencia, y sobre la dieta en el momento de inicio del estudio, seis y doce meses después. En total, se recolectaron más de 2.000 perfiles de dieta entre todos los participantes. Además, dieron muestras de heces para analizar la microbiota intestinal. 

 

En total, se analizó el microbioma de 500 de estos participantes sanos y se comparó con el de otras 321 personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII). El equipo ha estudiado previamente esta patología y ha mostrado que existe una alteración en la composición y diversidad de la microbiota presente en el intestino (disbiosis).  “Esta metodología nos permite conocer lo parecido que es la microbiota de una persona sana, en función de su dieta, a la de una persona con EII”, explican los autores.  

 

Los resultados del análisis mostraron que el tener una dieta sana, según las recomendaciones nacionales, se asocia a un mejor microbioma. Por ejemplo, dietas ricas en nueces, frutas y verduras se relacionaban con una mayor diversidad de la microbiota y menos disbiosis asociada a la EII. En cambio, los dulces, el pan blanco o los refrescos se relacionan con menor diversidad en la microbiota y, por tanto, más similitud en la EII

 

Además, se identificó que la dieta no sólo afecta a la diversidad sino también a la composición de la microbiota. Una dieta sana se asocia a bacterias relacionadas con el mantenimiento de la barrera intestinal, y también con bacterias de efecto antioxidante

 

Diferencias según edad, género o lugar de residencia 

 

Con el objetivo de entender las diferencias según sus características personales, se estudió la relación según la edad o el género. Se observó que, en general, las personas de edad más avanzada tienen una mejor dieta (más consumo de pan integral, nueces, frutas). Por otro lado, los hombres consumen más comidas preparadas y bebidas alcohólicas y menos pan integral o verduras que las mujeres. Esto se reflejaba en tener una microbiota más o menos alterada. 

 

Según su lugar de residencia, también se identificaron diferencias. Por ejemplo, las zonas del interior de España mostraban un patrón de dieta más sana, sobre todo con un mayor consumo de legumbres, que tienen muchos beneficios para la salud por ser ricas en nutrientes y compuestos como proteínas, fibra, vitaminas y minerales. 

 

"Debemos tener en cuenta, sin embargo, que la microbiota no sólo depende de la dieta, sino que es multifactorial. Para estudiarla, debemos fijarnos todos estos factores", sugiere el nuevo trabajo.  

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