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Descubren un polifenol con potencial para formar parte del tratamiento contra el Alzheimer

Descubren un polifenol con potencial para formar parte del tratamiento contra el Alzheimer

Los expertos destacan que el resveratrol ofrece un potencial prometedor en el desarrollo de tratamientos para el Alzheimer, centrándose en su capacidad para modular los procesos neurodegenerativos y promover la salud cerebral
Alzheimer
El potencial terapéutico del resveratrol reside en sus propiedades neuroprotectoras.

La enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno neurodegenerativo progresivo que se caracteriza por deterioro cognitivo, cambios de comportamiento e incapacidad para realizar actividades diarias. Estos síntomas perjudican la calidad de vida y aumentan la dependencia de los cuidadores.  

 

Una característica distintiva de la EA es la acumulación de placas de beta-amiloide (Aβ) en el cerebro, que interrumpen la comunicación neuronal, inducen inflamación y conducen a la muerte neuronal. Se considera que la incapacidad para eliminar Aβ de manera eficiente desempeña un papel fundamental en la aparición y progresión de la enfermedad. A pesar de la disponibilidad de medicamentos destinados a reducir los niveles de Aβ, generalmente no han logrado prevenir el deterioro cognitivo ni detener la progresión de la enfermedad.  

 

La patogénesis de la EA es compleja e implica una interacción multifacética de factores genéticos, moleculares y ambientales. Una característica distintiva de la EA incluye la acumulación de placas Aβ extracelulares y el desarrollo de ovillos neurofibrilares intracelulares (NFT). Estos cambios patológicos están acompañados por neuroinflamación crónica, disfunción mitocondrial, estrés oxidativo y alteración de la barrera hematoencefálica (BHE).  

 

Los tratamientos actuales se centran principalmente en el manejo sintomático y ofrecen un alivio temporal para la pérdida de memoria y la confusión sin abordar los mecanismos subyacentes de la enfermedad. Estos enfoques convencionales tienen limitaciones significativas, ya que es poco probable que ralenticen la progresión de la enfermedad. Esta ineficacia se atribuye a varios factores, incluida la intervención en etapa tardía, la participación de otros mecanismos patológicos, como los ovillos de Tau y la neuroinflamación, y la heterogeneidad de la EA.  

 

Además, el desarrollo de tratamientos efectivos se ha visto obstaculizado por métodos ineficientes de administración de fármacos, en particular la BHE, que restringe la entrada de agentes terapéuticos en el cerebro.  

 

A pesar de más de un siglo de investigación desde que se identificó por primera vez la EA, los avances significativos siguen siendo esquivos, principalmente debido a la complejidad de la enfermedad, los desafíos en los ensayos clínicos y la falta de enfoques holísticos dirigidos a múltiples vías. El avance de los sistemas de administración de fármacos y las terapias multiobjetivo puede brindar nuevas oportunidades para abordar esta afección debilitante. 

 

Los compuestos naturales como parte del tratamiento del Alzheimer  

 

Los compuestos naturales desempeñan un papel importante en la neuroprotección al mitigar los mecanismos subyacentes de las enfermedades neurodegenerativas. Estos compuestos a menudo se derivan de plantas, organismos marinos y microorganismos, y ofrecen posibles estrategias terapéuticas para trastornos neurológicos, como la EA, la EP y la esclerosis lateral amiotrófica.  

 

De estos, los compuestos fenólicos naturales han atraído considerable atención debido a sus diversas actividades biológicas y beneficios terapéuticos para la salud humana. Los polifenoles (ácidos fenólicos, flavonoides, estilbenos y cumarinas) desempeñan un papel importante en la neuroprotección al modular la función celular y atenuar el estrés oxidativo, la inflamación y la apoptosis en modelos animales.  

 

Las vitaminas, como la A, E y C, junto con los compuestos polifenólicos, como los flavonoides, tienen excelentes propiedades antioxidantes. Estos antioxidantes previenen el daño neuronal inducido por el estrés oxidativo (ROS) y desempeñan un papel protector, promoviendo la salud neuronal en enfermedades neurodegenerativas. 

 

Los compuestos naturales con reconocidas propiedades neuroprotectoras suelen actuar a través de diversos mecanismos interconectados. Estos incluyen la inhibición de la acetilcolinesterasa (AChE), que potencia la señalización colinérgica, así como la reducción de la acumulación de Aβ y la hiperfosforilación de tau. Además, las actividades antioxidantes y antiinflamatorias de estos compuestos ayudan a contrarrestar la neurotoxicidad y el estrés celular.  

 

El resveratrol, un polifenol con potencial para el tratamiento de la enfermedad  

 

Dentro de estos compuestos, ha ganado interés el resveratrol (VSR), un polifenol presente uvas, las bayas, los cacahuetes y el vino tinto que es utilizado en productos farmacéuticos por sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y cardioprotectores. También se añade a cosméticos para combatir el envejecimiento y proteger la piel, y en nutracéuticos como suplemento dietético para mejorar la salud. Debido a estas acciones, numerosos estudios lo han probado como tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (EA).  

 

En este contexto de creciente interés, un nuevo estudio se propuso resumir los múltiples mecanismos neuroprotectores del VRS, el potencial sinérgico de los compuestos naturales para mejorar la neuroprotección y los avances en las estrategias de formulación dirigidas a mitigar la patología de la EA. 

 

El análisis de la bibliografía sugiere que el VSR puede ralentizar el deterioro cognitivo en pacientes con EA, aunque los autores aclaran que “se necesitan más estudios clínicos para confirmar su eficacia y seguridad”. “El VSR interactúa con vías moleculares clave, incluida la activación de SIRT1 y la modulación del metabolismo de Aβ, que son importantes para la patogénesis de la EA”, explican.  

 

De acuerdo con los expertos, “los estudios futuros deberían centrarse en optimizar la dosis, comprender los efectos a largo plazo, dilucidar los mecanismos y explorar terapias combinadas para maximizar su potencial terapéutico”.  

 

La EA se caracteriza por la acumulación de péptidos Aβ, la fosforilación de la proteína Tau, el estrés oxidativo y la inflamación, lo que conduce al deterioro cognitivo. “El VSR muestra propiedades neuroprotectoras, antiinflamatorias y antioxidantes, reduciendo la agregación de Aβ y la degeneración del hipocampo, al tiempo que promueve la neurogénesis a través de la activación de SIRT1. Su potencial como agente terapéutico para la EA es prometedor”, destacan.  

 

En este sentido, uno de los estudios incluidos en el presente trabajo evaluó los efectos sobre el rendimiento cognitivo y funcional en pacientes con EA, mostrando posibles beneficios para retrasar el deterioro cognitivo. “A pesar de los limitados estudios en humanos, el VRS parece ralentizar la progresión de la EA en comparación con el tratamiento con placebo”, indican.  

 

A pesar de sus beneficios terapéuticos, advierten que “el VRS presenta limitaciones debido a su baja biodisponibilidad y extenso metabolismo, por lo que requiere dosis elevadas para su eficacia”. Para ello, los autores recomiendan ciertos enfoques que podrían ser útiles para maximizar la utilización del resveratrol en el tratamiento contra la Enfermedad de Alzheimer (EA). Dentro de ellas, identifican que “la encapsulación en nanopartículas, como polímeros y lípidos sólidos, mejora su solubilidad y absorción, e incrementa su eficacia”.  

 

En resumen, el potencial terapéutico del VRS en la EA reside en sus propiedades neuroprotectoras, que pueden contrarrestar las características patológicas de esta enfermedad, como la acumulación de Aβ, el estrés oxidativo y la inflamación. Al mejorar la depuración de Aβ, la función mitocondrial y la reducción del daño oxidativo, el VRS puede preservar la salud y la función neuronal. Además, sus efectos antiinflamatorios pueden mitigar la neuroinflamación, un factor importante en la progresión de la EA.  

 

En base a la evidencia analizada, los investigadores concluyen que “el resveratrol ofrece un potencial prometedor en el desarrollo de tratamientos para la EA, centrándose en su capacidad para modular los procesos neurodegenerativos y promover la salud cerebral”.  

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