Una dieta rica en fibra durante los dos primeros años de edad podría reducir el riesgo posterior de celiaquía. Ahora bien, esta relación se observa aún más clara cuando los niños consumen alimentos ricos en fibra antes del primer año de edad.
"Es la primera vez que se ha estudiado el riesgo de celiaquía en función de la fibra presente en la dieta de los niños. Pero también se necesita un ensayo clínico para confirmar esta posible relación", exclaman los investigadores de este estudio realizado en Suecia.
El equipo de este trabajo ha basado su investigación en la cohorte TEDDY, un gran estudio que ha seguido durante muchos años a niños con riesgo genético en Alemania, Finlandia y Estados Unidos. Cabe destacar que a estos niños se les realiza un cribado principalmente para detectar diabetes tipo 1, pero también para detectar celiaquía.
“En nuestro estudio hemos seguido a 6.500 niños desde su nacimiento hasta que cumplieron al menos 13 años. Con la ayuda de muestras de sangre, hemos buscado anticuerpos específicos de la enfermedad celíaca. Cuando detectamos dichos anticuerpos, podemos determinar con precisión cuándo aparece la enfermedad”, afirman.
Este estudio es el primero en examinar la ingesta de fibra en niños. Desde un principio, los expertos pensaron que el tipo de fibra que comían los niños podría ser un factor determinante. En este punto, hay que recordar que existen diferentes tipos de fibra dietética, que se encuentra en frutas, verduras, cereales y legumbres.
“Pero cuando examinamos cada tipo de fibra individualmente, no pareció importar de qué tipo de fibra se trataba. Fue la proporción de fibra que comían los niños la que pareció influir en el riesgo de enfermedad celíaca”, agregan los investigadores.
Los padres de los niños participantes completaron regularmente registros de la ingesta de alimentos y bebidas del niño. Cabe destacar que la ingesta de fibra se estudió en once ocasiones. Además, tuvieron en cuenta si alguno de los padres o hermanos del niño tenían enfermedad celíaca, así como el sexo biológico, factores que también afectan al riesgo de la enfermedad.
Acerca de este último punto, hay que recordar que la enfermedad celíaca es hasta cierto punto genética, además de que está bien documentado que las niñas y las mujeres representan aproximadamente dos tercios de todos los casos de enfermedad celíaca.
Cuando los investigadores ajustaron otros factores, observaron que la incidencia de la enfermedad celíaca a los 13 años disminuyó casi un 40 % en los niños que consumieron una dieta rica en fibra cuando tenían entre 6 y 12 meses de edad. Esto se comparó con el riesgo general de 7,8 casos por 1.000 personas-año en el estudio.
“Un poco más del 7 % de los niños desarrolló la enfermedad celíaca durante el seguimiento, y la edad más común en la que se diagnosticó la enfermedad fue alrededor de los 3-4 años. Aumentar la ingesta de unos tres gramos de fibra al día, en comparación con la ingesta promedio, redujo el riesgo de enfermedad celíaca más adelante en la infancia en casi un 40 %”, explican.
Los científicos de este trabajo también observaron un efecto beneficioso en niños de hasta dos años, pero más moderado, correspondiente a una reducción del 5 % del riesgo. Después de los dos años, la ingesta de fibra ya no parecía tener ningún papel en el desarrollo de la enfermedad celíaca.
Los autores creen que la microbiota intestinal de los niños, que se forma en gran medida durante los primeros dos años, obtiene una composición más favorable con la ayuda de la fibra alimentaria. Esto, a su vez, puede conducir a un sistema inmunológico fortalecido y apoyar la barrera intestinal.
"Esa es nuestra teoría, pero es solo una especulación. Es nuevo y emocionante poder señalar un posible factor de protección. Sin embargo, se trata de un estudio observacional. Para poder recomendar activamente que los niños pequeños consuman mucha fibra, esto debe probarse en un ensayo clínico", rematan.