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La suplementación con magnesio tiene "efectos insignificantes" sobre el rendimiento deportivo y la microbiota intestinal

La suplementación con magnesio tiene "efectos insignificantes" sobre el rendimiento deportivo y la microbiota intestinal

Un reciente ensayo clínico evaluó los efectos de la suplementación con cloruro de magnesio sobre el rendimiento deportivo en personas que realizaban ejercicio regularmente, mostrando resultados contrarios a lo esperado por los expertos
Efectos del magnesio en rendimiento deportivo
La suplementación dietética con magnesio a corto plazo tuvo efectos ergogénicos moderados

La importancia del magnesio (Mg) para la salud humana general y la función fisiológica está bien establecida. Por ejemplo, este mineral juega un papel clave en más de 600 reacciones enzimáticas, incluyendo todas las reacciones de la adenosina trifosfatasa (ATPasa).

 

Además, facilita la biosíntesis celular, regula el metabolismo de la glucosa y de las proteínas, es parte integral de la función mitocondrial, contribuye al control cardiovascular, promueve la salud ósea y ayuda al mantenimiento de la función nerviosa y del músculo esquelético.

 

A la luz de estas importantes contribuciones a la función fisiológica, se ha especulado que el magnesio puede ser especialmente relevante para los atletas y puede poseer propiedades ergogénicas. Sin embargo, en relación con los estudios de ayudas ergogénicas establecidas, como la cafeína y el bicarbonato de sodio, los estudios que exploran la eficacia ergogénica del magnesio han generado datos contradictorios. Varias explicaciones posibles pueden dar cuenta de estas observaciones contradictorias y poco destacables. 

 

Primero, es plausible que, a pesar de sus beneficios para la salud, el magnesio no sea ergogénico; esto puede ser especialmente cierto en personas que no tienen deficiencia de magnesio. 

 

Segundo, existe una variabilidad considerable en las formulaciones de suplementos dietéticos de magnesio que se han utilizado en estudios de ejercicio. Para ilustrar esto, en estudios previos, el magnesio se ha administrado como óxido de magnesio, clorhidrato de magnesio-L-aspartato, citrato de magnesio y como una combinación de óxido de magnesio y estearato de magnesio. Dadas las complejidades asociadas con los mecanismos de absorción intestinal, es probable que la biodisponibilidad resultante del magnesio en estos estudios difiera y, por lo tanto, pueda contribuir a conclusiones contradictorias. 

 

Finalmente, y quizás de manera contraria a la intuición, aumentar la ingesta dietética de magnesio puede conducir a una disminución de la absorción y concentraciones circulantes más bajas. Debido a sus propiedades hipoosmóticas, el magnesio podría acelerar el tránsito intestinal, disminuyendo así la posibilidad de una absorción general de nutrientes. Además, este mineral puede influir en la salud intestinal mediante cambios en la microbiota intestinal, independientemente de los cambios en el tránsito intestinal. 

 

Para abordar esta controversia, un reciente estudio se propuso determinar la influencia de la suplementación con magnesio a corto plazo, administrada como cloruro de magnesio (MgCl₂), en el rendimiento deportivo y en algunos procesos fisiológicos que pueden mediar en dicho rendimiento, como la respiración mitocondrial del músculo esquelético y la microbiota intestinal. La hipótesis fue que el magnesio tendría un efecto ergogénico.

 

Llevaron adelante un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo para estudiar a 15 hombres y mujeres que hacían ejercicio regularmente. Los participantes ingirieron un placebo o cloruro de magnesio (MgCl 2 300 mg) dos veces al día (aproximadamente una vez cada 12 horas) durante 9 días, separados por un período de lavado mínimo de 3 semanas. Durante los días 8 y 9, los participantes completaron una batería de pruebas de ejercicio y se tomaron muestras de sangre completa, músculos esqueléticos y heces.

 

Los expertos refieren que evitaron algunas de las limitaciones potenciales asociadas con trabajos anteriores. Por ejemplo, utilizaron una preparación de magnesio que ha demostrado tener mayor biodisponibilidad que el óxido de magnesio. Además, estudiaron a hombres y mujeres que no habían sido diagnosticados previamente con hipomagnesemia. Finalmente, monitorearon los hábitos intestinales durante la intervención para obtener información sobre los posibles efectos secundarios desfavorables de la suplementación con magnesio y analizaron la microbiota intestinal.

 

 

 

Los efectos de la suplementación de magnesio sobre los parámetros de rendimiento deportivo 

 

Los resultados del análisis mostraron que ninguno de los participantes tenía concentraciones basales de magnesio ionizado que se considerarían fuera de un rango de referencia normal y la suplementación dietética a corto plazo de magnesio aumentó la concentración circulante de magnesio ionizado de una manera consistente con estudios de suplementos anteriores. 

 

“En comparación con el valor basal, la concentración circulante de magnesio ionizado aumentó tras 8 y 9 días de suplementación con magnesio. Por el contrario, la concentración circulante de magnesio ionizado no fue diferente del valor basal tras la ingesta de placebo”, destacan. 

 

El volumen máximo de oxigeno (VO2máx) se considera un determinante importante del rendimiento en ejercicios de resistencia y está dado por el producto del gasto cardíaco y la diferencia de oxígeno arteriovenoso. En vista de la contribución del magnesio a la regulación del sistema cardiovascular y la función del músculo esquelético y su papel facilitador en la bioenergética, parece plausible que la suplementación dietética con magnesio pueda aumentar el VO2máx. “Por lo tanto, la modesta disminución que observamos en el estudio actual fue inesperada”, refieren los autores. 

 

Observaron que el VO2máx fue menor tras la suplementación con magnesio en 11 de los 15 participantes. Asi tambien, VO2máx absoluto (es decir, no normalizado a la masa corporal) también fue menor con magnesio que con el placebo. 

 

“A pesar de la disminución del VO2máx, el magnesio no tuvo efecto en nuestra prueba de rendimiento de resistencia: la contrarreloj de 10 km. En contraste con este efecto insignificante en el ejercicio de resistencia, en el estudio actual el magnesio disminuyó la potencia media de salida durante una prueba de sprint. En nuestra prueba de cicloergómetro de 30 s, el magnesio disminuyó la potencia media de salida en 11 de 13 participantes. Por lo tanto, este efecto desfavorable pareció razonablemente consistente entre los individuos”, enfatizan. 

 

Comentan que de acuerdo a la evidencia disponible se conoce que el magnesio cumple funciones importantes en la regulación del manejo del calcio y una serie de enzimas, incluidas las enzimas mitocondriales críticas. Por lo tanto, era lógico plantear la hipótesis de que la suplementación con magnesio puede ser beneficiosa para la función mitocondrial del músculo esquelético.

 

Sin embargo, contrariamente a su hipótesis, la suplementación con magnesio tendió a disminuir significativamente la respiración mitocondrial. Esta diferencia persistió cuando se inhibió el complejo I. Además, comentan que cuando desacoplaron químicamente el sistema de transferencia de electrones de la fosforilación oxidativa, todavía hubo una tasa menor de consumo de oxígeno mitocondrial en las muestras de la condición suplementada con magnesio en comparación con la condición placebo. 

 

En cuanto a los efectos sobre la flora intestinal, “los cambios que observamos fueron mínimos, pero se necesitarían muestreos longitudinales, tiempos de suplementación más prolongados y quizás un tamaño de muestra más grande para establecer si existen impactos positivos o negativos duraderos en la microbiota intestinal y los resultados de salud asociados”, señala el estudio

 

En resumen, destacan que en adultos jóvenes sanos que hacían ejercicio regularmente y no presentaban hipomagnesemia, “la suplementación dietética con magnesio a corto plazo tuvo efectos ergogénicos moderados, evidenciados por una disminución del VO2máx , una disminución de la potencia media durante una prueba de sprint y una disminución de la respiración mitocondrial del músculo esquelético”. 

 

“Recomendamos que quienes hacen ejercicio regularmente y no presentan hipomagnesemia se centren en consumir alimentos nutritivos de alta calidad y se abstengan de suplementar su dieta con magnesio”, concluyen. 

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