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Saltarse el desayuno es una práctica común entre los adolescentes españoles

Saltarse el desayuno es una práctica común entre los adolescentes españoles

Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones prácticas para promover hábitos saludables de desayuno en los adolescentes teniendo en cuenta la alta prevalencia de omisión del mismo
Saltar desayuno
Las chicas fueron más propensas a omitir el desayuno que los varones.

El desayuno se ha considerado tradicionalmente la comida más importante del día, ya que aporta la energía y los nutrientes necesarios para un rendimiento físico y cognitivo óptimo. Sin embargo, la prevalencia de saltarse el desayuno está aumentando, especialmente entre los adolescentes. Esta tendencia es preocupante, ya que varios estudios han asociado la omisión del desayuno con una serie de consecuencias adversas para la salud, como un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad, perfiles lipídicos desfavorables, hipertensión arterial y un menor rendimiento académico. 

 

Se han propuesto varias hipótesis para explicar la relación entre saltarse el desayuno y consecuencias adversas para la salud. Una teoría sugiere que saltarse el desayuno puede conducir a un aumento de la ingesta de energía durante el resto del día, lo que contribuye al aumento de peso. Otra hipótesis postula que quienes se saltan el desayuno generalmente tienen una dieta de menor calidad, con una ingesta reducida de frutas, verduras y otros alimentos ricos en nutrientes. 

 

En España, los últimos datos disponibles del estudio Health Behaviour in School-aged Children (HBSC) señalan que aproximadamente el 20 % de los adolescentes españoles se saltan el desayuno entre semana, con tasas más altas entre las chicas que entre los chicos. Esta tendencia nacional refuerza la relevancia de analizar los determinantes de saltarse el desayuno en la juventud española. Con respecto al género, las niñas generalmente son más propensas a saltarse el desayuno y este patrón a menudo emerge incluso antes de la adolescencia.

 

Omisión del desayuno se ha relacionado con el sobrepeso y la obesidad 

 

Aunque la mayoría de las investigaciones sugieren una asociación positiva entre saltarse el desayuno y un mayor riesgo de obesidad, la relación causal sigue sin estar clara y justifica una mayor investigación. Saltarse el desayuno puede alterar el metabolismo y las hormonas reguladoras del apetito, lo que provoca alteraciones en el hambre y la ingesta de energía más tarde en el día. Un mecanismo clave involucra la hormona grelina, que estimula el apetito y aumenta cuando el ayuno es prolongado, como ocurre cuando se omite el desayuno. Al mismo tiempo, los niveles de leptina, responsable de promover la saciedad, pueden disminuir, lo que altera la señalización de saciedad y fomenta la sobrealimentación en las comidas posteriores. 

 

Estas alteraciones hormonales pueden contribuir al mayor riesgo de obesidad y síndrome metabólico observado en adolescentes que habitualmente se saltan el desayuno. Por lo tanto, el impacto fisiológico de la omisión del desayuno se extiende más allá de los patrones de ingesta de energía y juega un papel en la regulación metabólica a largo plazo.

 

La relación entre el sobrepeso/obesidad y la omisión del desayuno también debe considerar el gasto calórico asociado con la actividad física (AF), un factor que a menudo se pasa por alto en los estudios que abordan la omisión del desayuno. Si bien algunos estudios no indican una asociación directa entre la omisión del desayuno y el sedentarismo o los niveles de AF, otros apuntan que la AF, en particular la actividad física moderada a vigorosa (AFMV), puede atenuar la asociación entre saltarse el desayuno y el exceso de peso. 

 

Por lo tanto, parece que la asociación entre saltarse el desayuno y la obesidad no implica necesariamente una relación causal directa. Otros factores, como el sedentarismo, la predisposición genética o los hábitos alimentarios generales, también pueden contribuir al desarrollo de la obesidad en personas que no desayunan.

 

A pesar de la creciente atención a los hábitos de desayuno entre los adolescentes, persisten varias lagunas en la literatura. Muchos estudios no consideran simultáneamente los factores sociodemográficos, psicosociales, dietéticos y conductuales dentro de un marco estratificado por género. Además, existe evidencia limitada sobre cómo estas variables interactúan con la adherencia a la dieta mediterránea en poblaciones adolescentes representativas. 

 

Es por ello que un nuevo estudio en el que participaron Cristina Romero-Blanco de la Facultad de Enfermería de Ciudad Real de la Universidad de Castilla-La Mancha; Evelyn Martín-Moraleda, Iván Pinilla Quintana, Alberto Dorado-Suárez, Alejandro Jiménez-Marín, Esther Cabanillas-Cruz y Virginia García-Coll de la Facultad de Ciencias del Deporte de la misma institución educativa; y María Teresa Martínez Romero y Susana Aznar de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Murcia, buscó abordar estas lagunas mediante un análisis exhaustivo de la omisión del desayuno y sus factores asociados, desagregados por género. 

 

Para ello, utilizaron una muestra estratificada y representativa de 547 estudiantes de tercer año de secundaria (de 14 a 15 años) de zonas urbanas y rurales de Castilla-La Mancha. Se implementaron cuestionarios autoadministrados para recopilar datos sociodemográficos, psicosociales y de estilo de vida, incluyendo la adherencia a la dieta mediterránea (a través del cuestionario Kidmed) y los hábitos de desayuno durante los días escolares.

 

Omitir el desayuno fue una práctica frecuente 

 

El análisis de los resultados reveló que el 33,4 % de los estudiantes no desayunaba a diario. Además, se observaron diferencias significativas de género, siendo las chicas más propensas a omitir esta comida que los chicos. En ambos sexos, se observó una asociación entre la omisión del desayuno y una baja adherencia a la dieta mediterránea, menor duración del sueño, mayor tiempo frente a pantallas y la clasificación de sobrepeso u obesidad.

 

La prevalencia de saltarse el desayuno en el estudio fue de aproximadamente el 34%, con una clara diferencia de género: 43,3% en niñas frente a 24,4% en niños. “Esta tendencia se ha relacionado con mayores preocupaciones por la imagen corporal y comportamientos dietéticos entre las niñas, lo que puede influir en los patrones de comida y en la evitación del desayuno”, explican los autores. 

 

Entre las niñas, las razones más citadas para saltarse el desayuno fueron la falta de tiempo, los olvidos y la falta de apetito. “Los modelos estratificados por género revelaron distintos predictores de la omisión del desayuno, lo que refuerza la idea de que los factores contribuyentes difieren según el sexo y respalda la necesidad de intervenciones específicas para cada género”, mencionan. 

 

Cabe destacar que, en ambos sexos, saltarse el desayuno se asoció fuertemente con una baja adherencia a la dieta mediterránea. Según los investigadores, “comprender si saltarse el desayuno está relacionado con una mala calidad general de la dieta o con déficits dietéticos específicos es esencial para identificar perfiles de riesgo e informar estrategias de educación nutricional específicas”. 

 

Adherencia a la dieta mediterránea y su relación con el desayuno 

 

La baja adherencia a la dieta mediterránea y el bajo consumo de aceite de oliva fueron predictores significativos de saltarse el desayuno para las niñas y también para los niños. Esta conexión puede reflejar una calidad general de la dieta más baja entre los que se saltan el desayuno. De hecho, los resultados de ambos sexos mostraron que los que se saltaban el desayuno con frecuencia tendían a no consumir productos lácteos o cereales cuando desayunaban.

 

Sorprendentemente, hallaron que las niñas que consumían más frutas y verduras tenían más probabilidades de saltarse el desayuno, mientras que, para los niños, consumir una segunda fruta se asoció negativamente con la omisión del desayuno. Se observó un patrón similar para el consumo de verduras en las niñas. 

 

Además, los niños que consumían bollería industrial tenían menos probabilidades de saltarse el desayuno, posiblemente los expertos refieren que se debe a que la bollería era un componente común de su desayuno. “Es posible que la bollería industrial represente un elemento de desayuno común y accesible para muchos adolescentes, especialmente los niños, y su ausencia puede indicar la omisión del desayuno en lugar de la sustitución con opciones más saludables”, resalta el nuevo estudio.  

 

Otro resultado que destacan en las adolescentes fue la asociación entre saltarse el desayuno y el bienestar emocional. Entre las chicas que se saltaron el desayuno, el 54% informó sentirse triste o preocupada. “Estos hallazgos indican que saltarse el desayuno está relacionado con una gama más amplia de problemas de salud mental más allá de la tristeza y sugieren que promover el consumo del desayuno puede mejorar el bienestar mental”. 

 

Obesidad y estilo de vida vinculado con la omisión del desayuno  

 

En los niños, el modelo predictivo también incluyó el IMC, mostrando una asociación entre saltarse el desayuno y tener sobrepeso u obesidad. El desayuno también se ha asociado con otros factores protectores como menor grasa corporal y mejor sensibilidad a la insulina. “Promover el consumo regular del desayuno puede ser una estrategia clave para prevenir la obesidad y mejorar la salud general de los adolescentes”, destacan. 

 

De acuerdo a lo explicado por los investigadores, “los niveles más altos de actividad física también podrían mitigar algunos de los efectos negativos de la omisión del desayuno en el peso corporal. Aunque la relación entre saltarse el desayuno y la actividad física sigue sin estar clara, la actividad física como hábito saludable puede conferir beneficios de forma independiente”. 

 

Además, la omisión del desayuno tiende a coexistir con otros comportamientos poco saludables, como el aumento del tiempo frente a pantallas y la reducción del sueño, algo que se vio reflejado en el estudio. El uso excesivo de pantallas, especialmente por la noche, puede alterar los ritmos circadianos y reducir el sueño debido a la exposición a la luz nocturna, lo que a su vez se ha relacionado con una mayor probabilidad de saltarse el desayuno. 

 

Cómo fomentar el desayuno entre jóvenes

  

Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones prácticas para promover hábitos saludables de desayuno en adolescentes. Dada la alta prevalencia de omisión del desayuno (34,1%), es crucial implementar intervenciones específicas que fomenten el consumo de desayuno en este grupo de edad.

 

“Una estrategia eficaz podría consistir en implementar o mejorar los programas de desayuno escolar. La disponibilidad de opciones de desayuno escolar, la educación nutricional y la creación de un entorno que fomente el consumo de desayuno pueden influir positivamente en la decisión de los adolescentes de desayunar”, subrayan los expertos. 

 

Otra recomendación clave que realizan es “promover la educación nutricional tanto en la escuela como en casa”. Los adolescentes deben recibir información clara y precisa sobre la importancia del desayuno para la salud. “Esta educación debe abordar mitos y conceptos erróneos comunes sobre el desayuno y ofrecer ideas prácticas para preparar comidas rápidas, saludables y atractivas”, agregan. 

 

Dadas las importantes diferencias de género en los hábitos de desayuno, consideran fundamental diseñar intervenciones específicas para cada género

 

En resumen, este estudio revela que "saltarse el desayuno es una práctica común entre los adolescentes españoles, afecta a un tercio de la muestra, y es significativamente más frecuente en chicas que en chicos", resaltan los autores. También encontraron una fuerte asociación entre la omisión del desayuno y la baja adherencia a la dieta mediterránea, el mayor tiempo frente a pantallas, la menor duración del sueño y la clasificación de sobrepeso u obesidad en ambos sexos. 

 

En las chicas, un menor consumo de aceite de oliva y el malestar emocional fueron predictores significativos, mientras que, en los chicos, el sobrepeso/obesidad y la ausencia de bollería industrial en la dieta fueron factores relevantes.

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