Sorprendentemente, el riesgo para los refrescos endulzados artificialmente es incluso mayor que para quienes consumen bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos regulares, donde el riesgo se encontró que era un 23 % mayor. Una investigación, realizada el Australia por un equipo de la Universidad de Monash junto con la Universidad RMIT y el Consejo del Cáncer de Victoria, siguió a más de 36.000 adultos durante casi 14 años.
El estudio, dirigido por la distinguida profesora Barbora de Courten de la Universidad de Monash y la Universidad RMIT, la profesora asociada Allison Hodge, del Consejo del Cáncer de Victoria, y el estudiante de doctorado de Monash Robel Hussen Kabthymer, y publicado en Diabetes & Metabolism, se suma a la creciente preocupación mundial sobre los efectos en la salud de las bebidas azucaradas y endulzadas artificialmente.
“Beber una o más de estas bebidas cada día, ya sea endulzadas con azúcar o sustitutos artificiales, se asoció con una probabilidad significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo 2”, afirmó Hussen Kabthymer.
El profesor de Courten, autor principal del estudio, señaló que "los hallazgos desafían la suposición común de que las bebidas endulzadas artificialmente son una opción más segura".
“Los edulcorantes artificiales suelen recomendarse a personas con riesgo de diabetes como una alternativa más saludable, pero nuestros resultados sugieren que pueden suponer sus propios riesgos para la salud”, indicó.
Si bien el vínculo entre las bebidas azucaradas y la diabetes podría explicarse en gran medida por la obesidad, la conexión entre las bebidas endulzadas artificialmente y la diabetes tipo 2 siguió siendo fuerte incluso después de ajustar el peso corporal, lo que sugiere un efecto potencialmente directo sobre el metabolismo.
El profesor de Courten subrayó que "los hallazgos tienen implicaciones importantes para la política de salud pública".
"Apoyamos medidas como los impuestos a las bebidas azucaradas, pero nuestro estudio demuestra que también debemos prestar atención a las opciones con edulcorantes artificiales. Estas suelen promocionarse como más saludables, pero pueden conllevar sus propios riesgos. Las políticas futuras deberían adoptar un enfoque más amplio para reducir el consumo de todas las bebidas no nutritivas", explicaron los expertos.
El estudio analizó datos del Estudio de Cohorte Colaborativo de Melbourne de larga duración, también conocido como Salud 2020, en el que participaron participantes de entre 40 y 69 años y se ajustaron según la dieta, el ejercicio, la educación y el historial de salud.
"La diabetes tipo 2 afecta a alrededor de 1,3 millones de australianos y a más de 500 millones de personas en todo el mundo, y la gran mayoría de los casos están relacionados con la dieta y el estilo de vida", concluyen.