Los cereales de desayuno son alimentos a base de granos hechos de avena, maíz, trigo o arroz, y pueden procesarse mínimamente, como secando y enrollando el grano, o procesarse de manera más sustancial, como hirviéndolo y luego desmenuzándolo o inflándolo.
En particular, hay muchos tipos diferentes de cereales para el desayuno, como el cereal de salvado, el muesli y la avena crujiente. El azúcar, la leche y la fruta seca agregada a los cereales para el desayuno también pueden cambiar el valor nutricional de los mismos.
Los roles potenciales de estos alimentos en una dieta equilibrada se han investigado durante muchos años.
Los estudios han demostrado que los consumidores de cereales de desayuno tienen una mayor ingesta de nutrientes y un mejor perfil nutricional que los no consumidores. Asi tambien, múltiples líneas de evidencia han demostrado que el consumo de granos integrales en cereales puede disminuir efectivamente los riesgos de enfermedades como diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular (ECV) y enfermedades metabólicas.
Sin embargo, se han planteado preocupaciones con respecto a las implicaciones para la salud del consumo de cereales, en particular debido a su posible asociación con la ingesta excesiva de azúcar y el consumo de cereales refinados.
Estudios recientes han informado que los cereales pueden ser una fuente de ingesta de azúcar, y el consumo excesivo de azúcar está estrechamente relacionado con varios efectos adversos para la salud, incluida la obesidad y las caries dentales.
Además, diferentes fuentes de evidencia han indicado que el consumo de cereales refinados está asociado con múltiples resultados adversos para la salud. De hecho, se ha informado que, en comparación con un consumo bajo (< 50 g/día) de cereales refinados, el consumo alto (> 350 g/día) estaba estrechamente relacionado con un mayor riesgo mortalidad por todas las causas y mortalidad no cardiovascular, mientras que no se observaron asociaciones significativas entre el consumo de cereales integrales y los riesgos de mortalidad.
Estos hallazgos controvertidos podrían atribuirse a la falta de una clasificación precisa de los tipos de cereales en los diferentes estudios. Por lo tanto, conviene explorar más a fondo los efectos a largo plazo del consumo de diferentes tipos de cereales en la salud.
Hay evidencia limitada para distinguir los efectos de los diferentes tipos de cereales para el desayuno sobre el riesgo de mortalidad. Por lo tanto, se necesita una investigación más exhaustiva para proporcionar información sobre las correlaciones entre tipos de cereales para el desayuno relativamente detallados.
En este contexto, un nuevo estudio evaluó las asociaciones dosis-dependientes entre el consumo de cereales de desayuno específicos (gachas, muesli, avena crujiente, cereales simples, cereales de salvado, cereales integrales y cereales azucarados) y el riesgo de mortalidad. Además, exploraron el posible impacto de la adición de leche, azúcar, edulcorantes artificiales y leche a los cereales de desayuno sobre el riesgo de mortalidad.
Para ello, incluyeron a un total de 186.168 participantes de entre 40 y 69 años que completaron al menos un cuestionario en línea de recordatorio dietético de 24 horas e informaron sobre su consumo de cereales para el desayuno.
Se estimaron los tipos y cantidades de consumo de cereales para el desayuno, según autodeclaración, así como la mortalidad por enfermedad cardiovascular (ECV), cáncer y otras causas.
Los resultados del análisis mostraron que el consumo moderado de cereales de salvado se correlacionó con un bajo riesgo de mortalidad por todas las causas, tanto por ECV como por cáncer.
Por su parte, “el consumo moderado de muesli también se correlacionó significativamente con una reducción del riesgo de mortalidad por todas las causas, tanto por ECV como por cáncer, y se observaron asociaciones inversas entre el consumo de gachas de avena y el riesgo de mortalidad por todas las causas”, comentan los autores.
Sin embargo, resaltan que “la ingesta de cereales azucarados se correlacionó fuertemente con un mayor riesgo de mortalidad por cáncer”. Esto sugiere que se deben priorizar las medidas de salud pública para reducir su consumo.
“Los consumidores que informaron añadir frutos secos a los cereales para el desayuno presentaron un riesgo significativamente menor de mortalidad por todas las causas, tanto por ECV como por cáncer. También se observó una asociación inversa entre los consumidores que informaron añadir leche a los cereales para el desayuno y el riesgo de mortalidad por todas las causas”, refieren.
Los consumidores de cereales para el desayuno sin azúcar ni edulcorantes artificiales presentaron un menor riesgo de mortalidad, y esta asociación se vio afectada en los consumidores que añadieron azúcar o edulcorantes artificiales a los cereales para el desayuno.
“Estos hallazgos sugieren que el consumo moderado de cereales de salvado, muesli y gachas de avena puede ser un indicador de un estilo de vida normal y saludable para prevenir la mortalidad prematura”, enfatizan.
Por el contrario, señalan que “se debe desaconsejar el consumo de cereales de desayuno azucarados y no promocionarlos como una opción para el desayuno”.
Además, se puede recomendar añadir leche y frutas deshidratadas, en lugar de azúcar y edulcorantes artificiales, a los cereales de desayuno para reducir el riesgo de mortalidad.
Cabe destacar que los hallazgos indican que los posibles efectos beneficiosos se observan principalmente con una ingesta moderada de salvado de cereales, mientras que dichos efectos se vieron significativamente afectados con una ingesta alta. El principal mecanismo beneficioso estaría dado por la fibra alimentaria de los granos enteros.
En resumen, los resultados del nuevo estudio aportan más evidencia de los efectos beneficiosos del consumo moderado de muesli, cereales de salvado y gachas de avena en la reducción del riesgo de mortalidad, y la ingesta de cereales azucarados se correlacionó con un mayor riesgo de mortalidad. Añadir frutos secos y leche a los cereales de desayuno podría recomendarse como parte de una dieta saludable.
“Si estos hallazgos se confirman en futuros estudios, respaldan las recomendaciones dietéticas para aumentar el consumo de determinados tipos de cereales de desayuno para obtener mejores resultados de salud”, concluyen.