El tendón es un tejido conectivo fibroso que une el músculo al hueso y funcionalmente es responsable de la transmisión de fuerza del músculo al hueso, lo que contribuye a diversas tareas biomecánicas, como la locomoción y el rendimiento dinámico de fuerza y potencia. A nivel histológico, la masa del tendón humano sano comprende entre un 60 % y un 80 % de fibras de colágeno tipo I, dispuestas longitudinalmente en haces.
Existe una disminución relacionada con la edad en la producción de fuerza y potencia que comienza en la mediana edad. Aunque el área de la sección transversal (es decir, el tamaño) del tendón humano (CSA, según sus siglas en inglés) no parece verse afectada por la edad, se ha demostrado que los tendones de mediana edad y mayores tienen un contenido de colágeno reducido, así como una rigidez y elasticidad reducidos.
Por lo tanto, estas adaptaciones inducidas por el envejecimiento pueden tener implicaciones negativas para la susceptibilidad a lesiones (por ejemplo, al reducir la capacidad de prevenir una caída) y para el rendimiento atlético (por ejemplo, al limitar la "explosividad").
El ejercicio de resistencia de alta intensidad (ER) es un estímulo eficaz para remodelar las propiedades morfológicas (tamaño) y mecánicas (rigidez) de los tendones humanos, lo que tiene el potencial de atenuar las disminuciones del rendimiento asociadas con la mediana edad. Estas adaptaciones se sustentan en un aumento del contenido de colágeno y la reticulación de las fibrillas de colágeno dentro del tendón en respuesta a la síntesis repetida de esta proteína mediada por ER.
En adultos mayores de 65 años, el tendón rotuliano puede aumentar su rigidez tras la ER crónica, aunque es probable que estas adaptaciones se produzcan a un ritmo más lento en comparación con los hombres jóvenes. Sin embargo, aún se desconoce cómo se adapta el tendón a la ER crónica en hombres de mediana edad, una población poco estudiada en la literatura.
Para mejorar aún más las adaptaciones de los tendones a la RE crónica, estudios recientes han demostrado que complementar la RE con la ingestión de colágeno hidrolizado (HC) puede aumentar el área de sección (CSA) del tendón, su rigidez y elasticidad. Esto es probablemente una consecuencia tanto de la síntesis de colágeno inducida por RE como de una mayor biodisponibilidad de los aminoácidos de colágeno, que pueden estimular la síntesis independientemente de la RE.
Sin embargo, todos estos estudios se realizaron en participantes jóvenes, y los tendones de mayor edad pueden adaptarse de manera diferente a la RE crónica con la ingestión de HC.
Como respuesta a esta situación, un nuevo estudio investigo los efectos de 12 semanas de ejercicio de resistencia progresivo de miembros inferiores (RT) combinado con 30 gramos de suplementación de HC sobre la rigidez del tendón rotuliano, y el CSA en hombres de mediana edad recreativamente activos (pero sin experiencia en entrenamiento de resistencia).
Para ello, 20 hombres recreativamente activos de mediana edad fueron asignados aleatoriamente a un grupo placebo o intervención. Ambos grupos completaron ejercicios de alta intensidad progresiva de miembros inferiores dos veces por semana durante 12 semanas y se suplementaron después de la misma con la intervención (COL: 30 g HC y 50 mg vitamina C) o placebo (PLA: 30,5 g maltodextrina y 50 mg vitamina C).
Los investigadores observaron que los participantes del grupo placebo (PLA) mostraron un aumento en la rigidez del tendón sin un aumento correspondiente en el tamaño del mismo. “Este hallazgo difiere de investigaciones previas en poblaciones jóvenes, donde se ha observado de manera consistente hipertrofia del tendón inducida por ejercicios de resistencia del miembro inferior (RT)”, comentan.
“Por el contrario, observamos una hipertrofia del tendón aumentada junto con una rigidez mejorada en el grupo intervención (COL) y, como se informó anteriormente. Esto sugiere que la hipertrofia del tendón en COL fue el factor principal que contribuyó al mayor aumento de la rigidez”
Sin la suplementación con colágeno, los hombres mayores pueden no experimentar la misma hipertrofia del tendón rotuliano que los hombres más jóvenes. En esta línea, los resultados que obtuvieron respaldan esta idea: la hipertrofia tendinosa se atenúa con el envejecimiento, comenzando en la mediana edad, pero 30 gramos de colágeno hidrolizado pueden “restaurar la capacidad del tendón para hipertrofiarse en respuesta al entrenamiento".
Asimismo, los autores señalan que los ejercicios de resistencia de alta intensidad (RE) estimulan la síntesis de colágeno en el tendón, mientras que la suplementación con colágeno aumenta la concentración sanguínea de aminoácidos de colágeno.
“La mayor biodisponibilidad de aminoácidos clave del colágeno puede haber estimulado una mayor síntesis de colágeno en todo el cuerpo, ya sea suministrando los aminoácidos cruciales después de un aumento inducido por RE en la síntesis de colágeno, o estimulando la síntesis de colágeno independientemente de RE a través de diferentes vías de señalización”, refiere el artículo.
“El grupo COL mostró un aumento del área de sección del tendón rotuliano, probablemente debido a un mayor recambio neto de colágeno gracias a la ingesta regular de aminoácidos clave”, exponen.
En conclusión, este estudio demuestra que 12 semanas de entrenamiento de resistencia de alta intensidad con 30 gramos de suplemento de colágeno hidrolizado aumentan el área de la superficie corporal (ASC), la rigidez y elasticidad del tendón rotuliano en mayor medida que el entrenamiento de resistencia solo.
“Estos hallazgos tienen implicaciones para las prescripciones de ejercicio, nutrición y rehabilitación en hombres sanos de mediana edad. Se requieren más investigaciones para determinar si estos efectos pueden replicarse en mujeres de mediana edad”, remarcan.