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Exponen los potenciales beneficios de la curcumina para la prevención y el tratamiento del cáncer colorrectal

Exponen los potenciales beneficios de la curcumina para la prevención y el tratamiento del cáncer colorrectal

La curcumina, un compuesto presente en la cúrcuma, ha demostrado efectos beneficiosos en la lucha contra el cáncer colorrectal, mejorando la respuesta a la quimioterapia y reduciendo la inflamación, aunque los expertos se sugiere más estudios a futuro
Curcumina y cáncer colon
Identifican un compuesto de la cúrcuma con beneficios potenciales para la prevención y tratamiento del cáncer colorrectal.

El cáncer colorrectal (CCR) es una de las neoplasias malignas más prevalentes a nivel mundial, siendo el tercer cáncer diagnosticado con mayor frecuencia y la segunda causa principal de muerte por cáncer a nivel mundial. Cabe destacar que la proporción de casos de CCR diagnosticados y muertes ocurridas en personas menores de 50 años ha aumentado significativamente en las últimas décadas. 

 

El CCR se desarrolla a partir de pólipos precancerosos impulsados ​​por interrupciones en la reparación del ADN y la proliferación celular.  La enfermedad progresa desde etapas tempranas con tumores localizados (Etapa I) a etapas avanzadas con metástasis (Etapa IV). Los factores de riesgo para el CCR abarcan una combinación de causas hereditarias y adquiridas. La predisposición genética, incluidos los antecedentes familiares de pólipos colorrectales o cáncer, aumenta notablemente el riesgo de desarrollar CCR. Las anomalías en el epitelio colónico y las afecciones inflamatorias crónicas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, también contribuyen de manera importante al desarrollo del CCR. 

 

Además, la exposición alimentaria, en particular a dietas bajas en fibra y altas en grasas, junto con el consumo de carnes rojas y procesadas, aumenta significativamente el riesgo. Factores del estilo de vida, como la obesidad, el tabaquismo y el consumo de alcohol, agravan aún más este riesgo. 

 

El tratamiento en etapa temprana a menudo implica la extirpación quirúrgica de pólipos o procedimientos endoscópicos, mientras que los casos avanzados pueden requerir colectomía parcial. Los tratamientos no quirúrgicos, como la inmunoterapia, la quimioterapia y la radioterapia, desempeñan papeles vitales en el CCR. Sin embargo, estas terapias convencionales se asocian con frecuencia con efectos adversos significativos y un alto riesgo de recurrencia de la enfermedad

 

En casos avanzados, cuando otras opciones no son viables, se brindan cuidados paliativos para mejorar la calidad de vida, incluyendo intervenciones nutricionales enfocadas en comprender cómo el peso corporal, la dieta y la actividad física influyen en el riesgo y la progresión del cáncer. Entre estos, la curcumina ha atraído una atención significativa por su papel potencial en la prevención y el tratamiento del CCR.

 

La curcumina: un compuesto orgánico clave en el desarrollo y progresión del cáncer 

 

La curcumina, un compuesto natural extraído del rizoma de la planta de cúrcuma se ha utilizado durante mucho tiempo en suplementos dietéticos, aditivos alimentarios y varios productos, incluidos lácteos, cereales, mostaza, encurtidos, salchichas, carne, pescado, huevos, productos de panadería y bebidas. Este compuesto orgánico es conocido por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, anticoagulantes, antimicrobianas y anticancerígenas

 

La suplementación con curcumina mejora la actividad antioxidante en adultos al aumentar la capacidad antioxidante total, disminuir los niveles de malondialdehído y modular la actividad de la superóxido dismutasa. En células normales, la curcumina previene la carcinogénesis a través de su actividad antioxidante al extinguir los radicales libres e inducir enzimas antioxidantes (superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa) y marcadores proteicos.  

 

Por otro lado, la curcumina actúa como un prooxidante en las células cancerosas al inducir la acumulación de especies reactivas de oxígeno (ROS), promover el daño del ADN y la apoptosis mientras mejora la eficacia quimioterapéutica al sensibilizar las células resistentes a los fármacos. 

 

De esta manera, la curcumina tiene un doble papel en el cáncer como agente antioxidante que participa en la prevención y como un efector prooxidante con efectos beneficiosos en el tratamiento. 

 

A pesar de estos beneficios, el uso clínico de la curcumina sigue siendo limitado debido a su escasa solubilidad y baja biodisponibilidad. Por lo que son necesarios más estudios para evaluar los beneficios clínicos de las dietas enriquecidas con curcumina en pacientes adultos con CCR. 

 

En este contexto, una reciente revisión sistemática persiguió el objetivo de consolidar la evidencia actual sobre los beneficios terapéuticos de una dieta enriquecida con curcumina para pacientes con CCR. Para ello, evaluaron 129 artículos publicados entre 2018 y 2024 que abordaran estas temáticas.  

 

¿Qué expone la literatura científica actual sobre el rol de la curcumina en el CCR?

 

Los autores comentan que “ocho estudios demostraron que los productos que contienen curcumina ejercen efectos beneficiosos significativos sobre los cánceres colorrectales y gastrointestinales, particularmente mejorando la supervivencia, reduciendo el tamaño del tumor a través de la apoptosis y el estrés oxidativo en las células tumorales, mitigando la inflamación, mejorando la calidad de vida y apoyando los tratamientos convencionales”. 

 

“Estos hallazgos subrayan el potencial terapéutico de las dietas enriquecidas con curcumina en el CCR”, explican. 

 

Dentro del análisis, hallaron que dos estudios informaron una mejor supervivencia a largo plazo al combinar productos que contienen curcumina con quimioterapia. Asi tambien, un producto que contiene curcumina combinado con Bevacizumab/FOLFOX (ácido folínico, fluorouracilo y oxaliplatino) fue seguro, tolerable y eficaz para mejorar la supervivencia general en pacientes con CCR metastásico. 

 

“Además, los estudios de ingesta dietética sugieren que una dieta enriquecida con curcumina, como parte de una dieta con especias mixtas, proporciona efectos protectores contra los cánceres gastrointestinales, particularmente en niveles de ingesta bajos a medios”, refieren. 

 

Destacan que diferentes estudios demostraron que complementar el tratamiento con curcumina indujo apoptosis tanto en tejidos tumorales como estromales, a la vez que mejoró el movimiento de células T hacia el margen tumoral. “Esto indica un microambiente tumoral menos inmunosupresor y un cambio hacia respuestas inmunes mejorada”, explican los expertos. Además, otro estudio encontró que la curcumina suprimió la proliferación de células tumorales y mejoró la apoptosis en células CRC. 

 

Los pacientes con CCR a menudo presentan inflamación crónica durante el inicio y la progresión del tumor. La evidencia científica sugiere que los productos que contienen curcumina, ya sea utilizados solos o en combinación con otras terapias, ejercen efectos antiinflamatorios en pacientes con cáncer. De hecho, uno de los estudios incluidos en el análisis demostró que la suplementación con curcumina redujo significativamente los niveles séricos de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular, en pacientes con CCR en estadio 3. 

 

“La curcumina ha demostrado tener potencial para mejorar la eficacia de los tratamientos convencionales contra el cáncer colorrectal”, resaltan los autores. Justifican esto a través de investigaciones que mostraron que añadir un producto con curcumina (2 g/día) a la quimioterapia FOLFOX en pacientes con cáncer colorrectal metastásico mejoró significativamente la supervivencia global en comparación con la quimioterapia sola. 

 

“Estos hallazgos sugieren que la curcumina puede complementar los tratamientos convencionales para el CCR al mejorar los resultados de supervivencia y las respuestas tumorales, aunque los desafíos relacionados con la biodisponibilidad requieren más investigación”, detalla el artículo

 

Las dietas enriquecidas con curcumina exhiben múltiples mecanismos de acción en el CRC, demostrando un potencial anticancerígeno significativo. Los mismos se basan en la modulación de las vías de señalización y los objetivos moleculares involucrados en el crecimiento y progresión tumoral.

 

Conclusiones de los expertos y recomendaciones a futuro 

 

En resumen, los hallazgos indican que los productos con curcumina pueden mejorar las tasas de supervivencia, mejorar la calidad de vida y reducir el tamaño del tumor en los pacientes. Sin embargo, también se observaron efectos adversos, como trastornos gastrointestinales, anemia y prurito. 

 

Además, los resultados sugieren que una dieta rica en curcumina podría ser beneficiosa junto con tratamientos convencionales, como la quimioterapia y la radioterapia, para el manejo del CCR. Sin embargo, la evidencia científica actual es insuficiente para establecer su uso como intervención dietética.

 

“A pesar de estos resultados prometedores, la evidencia sigue siendo limitada debido a desafíos como la baja biodisponibilidad, el pequeño tamaño de las muestras y la corta duración de muchos estudios. Estas limitaciones enfatizan la necesidad de investigaciones más rigurosas para evaluar completamente el potencial terapéutico de la curcumina”, concluyen los expertos. 

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