Identifican los principales patrones dietéticos para lograr un envejecimiento saludable

Actualmente, las innovaciones en tecnología, medicina y biomedicina han permitido a los seres humanos aumentar su esperanza de vida. Por ejemplo, el 9% de la población europea actual tiene más de 65 años. Se prevé que esta cifra alcance el 25% para el año 2050. Estos datos no son casuales. Las poblaciones europeas son conocidas por consumir algunas dietas con alimentos que promueven el envejecimiento saludable y el bienestar de las personas; estas dietas incluyen la dieta mediterránea, la dieta basada en plantas y la dieta nórdica.

Sin embargo, las tasas de mortalidad y morbilidad aumentan progresivamente con la edad. Varias afecciones comunes que afectan a los adultos mayores incluyen deficiencias sensoriales como pérdida de audición, mala visión, enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus, depresión, demencia y sarcopenia, anomalías en la marcha y el equilibrio, susceptibilidad a caídas y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas enfermedades tienen varios factores de riesgo en común. 

Los principales contribuyentes son una dieta poco saludable, acompañada de varios problemas de salud relacionados con una dieta que carece de valor nutricional, como sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico, que potencialmente pueden afectar aproximadamente al 75% de las personas mayores de 60 años. Hay algunas evidencias de que elementos de la dieta, como la energía total y el contenido de macronutrientes, juegan un papel importante en la modulación del proceso de envejecimiento y la longevidad, así como en el desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad (es decir, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, deterioro cognitivo y demencia, y cáncer). 

A medida que la proporción de personas mayores continúa creciendo, este cambio está vinculado a una mayor carga de enfermedad y un mayor gasto, lo que requiere la implementación de políticas preventivas basadas en la evidencia. Los patrones de dieta saludables con posibles propiedades antienvejecimiento son cruciales para prevenir la aparición de enfermedades crónicas y apoyar un proceso de envejecimiento saludable.  

Por lo tanto, teniendo en cuenta estos aspectos, el objetivo de una reciente revisión fue explorar los principales patrones dietéticos saludables asociados con el envejecimiento y el bienestar del individuo, centrándose en algunas moléculas bioactivas que pueden contribuir a este objetivo.

Principales patrones alimentarios para un envejecimiento saludable 

Los autores explican que, un patrón dietético saludable recomendado, que consiste en macro y micronutrientes apropiados y una hidratación suficiente, podría apoyar el proceso celular fisiológico. Los macronutrientes proporcionan la energía necesaria para las funciones celulares que son esenciales para las operaciones diarias mientras que los micronutrientes son necesarios para el crecimiento, desarrollo, metabolismo y funcionamiento fisiológico normales.

Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son ácidos grasos poliinsaturados vitales para el crecimiento y la reproducción normales. Son lípidos esenciales que no se pueden producir en el cuerpo y, por lo tanto, deben obtenerse a través de la dieta. 

Sobre la base de estas características, ciertas dietas tradicionales que presentan todos estos tipos de macro y micronutrientes se han relacionado con el envejecimiento saludable. ​​En este sentido, identifican tres patrones dietéticos: la dieta mediterránea, dieta basada en plantas y la dieta nórdica. Todas ellas presentan ciertos alimentos que podrían desempeñar un papel central en la longevidad saludable. 

Dieta mediterránea y sus componentes 

La dieta mediterránea (DM) se compone principalmente de una ingesta baja a moderada de aves, pescado, carne roja y vino en moderación. También consiste en un consumo elevado de alimentos vegetales, es decir, frutas, verduras, panes y otros cereales (generalmente de granos integrales), papas, legumbres y nueces, con dulces hechos con azúcares o miel algunas veces a la semana. Aunque la DM se distingue de otros patrones de dieta saludable debido a su consumo relativamente alto de nueces, aceite de oliva y cantidades moderadas de vino, especialmente vino tinto, durante las comidas, puede considerarse como una dieta predominantemente basada en plantas. 

Los efectos del aceite de oliva y el aguacate contra el envejecimiento 

El aceite de oliva es un componente importante de la DM debido a sus compuestos bioactivos, particularmente fenoles (hidroxitirosol, tirosol, oleocantal y oleuropeína). “A pesar de constituir una pequeña porción de su composición, estos compuestos son esenciales debido a sus cualidades biológicas, antiinflamatorias y antioxidantes, que interactúan con intrincados mecanismos moleculares para controlar las respuestas inflamatorias del estrés oxidativo (SO, según sus siglas en inglés), retrasando los procesos de envejecimiento de las células”, explican los investigadores. 

Sumado a esto, mencionan que las potentes propiedades antioxidantes de este aceite ayudan a prevenir el daño del ADN y la peroxidación lipídica. De hecho, el tirosol mantiene la integridad de la pared celular y reduce el riesgo de peroxidación lipídica, lo que “aumenta en gran medida la protección cardiovascular”.

Por su parte, hallaron que la oleuropeína induce apoptosis en células cancerosas, lo que aumenta su potencial como agente preventivo y protector para la salud general. Además de ser una característica del envejecimiento, la disfunción mitocondrial se está reconociendo cada vez más como una de las apariciones iniciales en la enfermedad de Alzheimer. En este sentido, el aceite de oliva podría mejorar la respiración mitocondrial al intensificar los niveles de ATP, gracias a sus compuestos bioactivos (en particular, los polifenoles). 

La población mediterránea consume cantidades elevadas de frutas y verduras, siendo actualmente la más consumida e importada a la región, el aguacate. “Los numerosos compuestos bioactivos que se encuentran en su aceite han atraído recientemente una cantidad significativa de atención debido a que pueden tener efectos positivos contra el envejecimiento”, dejan ver los expertos. 

Estos compuestos parecen regular directamente la producción y actividad de las enzimas antioxidantes, y la capacidad del aceite de aguacate para suprimir las citocinas proinflamatorias mientras que estimula las proteínas antiinflamatorias podría explicar sus propiedades antiinflamatorias. Además, el nuevo estudio menciona que se descubrió que el aceite de aguacate es un activador innato de la sirtuina 1 (SIRT1). Esta última, ha sido considerada con efectos neuroprotectores ya que está involucrada en la lucha contra la alteración neurológica asociada a la edad. 

Dieta basada en plantas 

Otro patrón dietético que comparte algunos alimentos con la dieta anterior es el patrón dietético basado en plantas. Se sabe que las plantas y sus elementos constituyentes, como vitaminas, flavonoides y carotenoides, poseen potencial antioxidante que podría ayudar en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas causadas por especies reactivas del oxígeno.

Asimismo, estudios incluidos en la revisión demuestran que comer más alimentos de origen vegetal es uno de los principales cambios en el estilo de vida que resultan en la prevención de enfermedades relacionadas con la edad y el mantenimiento de la salud general. 

Dentro de la amplia variedad de alimentos de este patrón, los autores señalan que los arándanos y los probióticos actúan conjuntamente para inhibir la enfermedad hepática esteatosica al reducir el estrés oxidativo, mejorar la función mitocondrial y preservar la estructura biliar. Según estos hallazgos, “los arándanos y los probióticos podrían ser un suplemento dietético prometedor para prevenir la enfermedad esteatosica hepática no relacionada con el alcohol incluso podrían tener propiedades antienvejecimiento”. 

Sin embargo, los expertos aclaran que “no todos los alimentos incluidos en un patrón basado en plantas resultan saludables”. “Las verduras, frutas, frutos secos, legumbres y cereales integrales son fuentes de polifenoles y/o fibra y, por lo tanto, se han relacionado con una mayor longitud de los telómeros. Por el contrario, algunos alimentos, como los cereales refinados, las bebidas azucaradas y los dulces, están relacionados con la inflamación, lo que puede acortar los telómeros”. 

Otro alimento principal de la dieta citada es el yogur y alimentos similares. Este tipo de alimento contiene bacterias de ácido láctico, que conforman una clase de probióticos con innumerables efectos saludables. De hecho, además de las bacterias de ácido láctico, el proceso de fermentación iniciado por las bacterias puede introducir diferentes péptidos antioxidantes que pueden tener efectos positivos. Entre los diversos efectos beneficiosos, los que se destacan en la presente revisión incluyen efectos antiinflamatorios, antioxidantes y antienvejecimiento. 

Dieta nórdica 

El último patrón dietético propuesto es la dieta nórdica. Al igual que en los ejemplos anteriores, esta dieta también se caracteriza por alimentos con perfiles nutricionales positivos. Por supuesto, este tipo de dieta se basa principalmente en los recursos de las zonas septentrionales: alimentos vegetales como bayas, coles, manzanas, peras, tubérculos, avena, cereales integrales y centeno. 

Efectos de los cereales integrales contra el envejecimiento

Según el presente estudio, los posibles efectos saludables de los granos integrales también están asociados con propiedades antienvejecimiento. De hecho, hallaron que el extracto de avena afecta positivamente la viabilidad celular, protegiendo a las células de la muerte celular inducida por peróxido de hidrógeno y, sorprendentemente, la concentración más baja de extracto de avena fue suficiente para mantener la viabilidad celular. 

En resumen, las tres dietas y sus alimentos constituyentes exhibieron protección contra las características del envejecimiento (disfunción mitocondrial, longitud de los telómeros), así como efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Por su parte, los hábitos poco saludables (por ejemplo, el consumo de comida “chatarra” y un estilo de vida sedentario) han demostrado acelerar el envejecimiento. 

Sin embargo, los autores cierran su trabajo destacando que resulta “fundamental continuar la búsqueda de posibles soluciones naturales para mejorar el envejecimiento y el bienestar a fin de evitar o retrasar la aparición de enfermedades relacionadas con la edad”: