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La suplementación con omega-3 podría prevenir el deterioro muscular en los adultos mayores

La suplementación con omega-3 podría prevenir el deterioro muscular en los adultos mayores

Los resultados demuestran que la fuerza de agarre en ambos sexos fue mayor con cada porción adicional de pescado azul consumida por semana
Omega 3
Los ácidos grasos n-3 pueden ayudar a prevenir, pero no revertir, el deterioro muscular.

El proceso de envejecimiento es un fenómeno complejo y multifacético marcado por numerosos cambios fisiológicos. Entre estos cambios se encuentra una disminución progresiva de la fuerza y la masa muscular, que comienza alrededor de los 30 a 40 años de edad, comúnmente llamada sarcopenia.  

 

La sarcopenia ha surgido como un contribuyente crítico al deterioro funcional y al aumento del riesgo de enfermedades crónicas en adultos mayores, lo que destaca la necesidad urgente de estrategias efectivas para mitigar su impacto a medida que la población mundial continúa envejeciendo.  

 

Entre estas posibles estrategias, la suplementación nutricional con ácidos grasos n-3 ha emergido como una vía prometedora. Los principales ácidos grasos n-3 dietéticos son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), que son abundantes en los aceites de pescado de origen marino, particularmente de pescados grasos como el salmón, la caballa, las sardinas y el arenque. Por el contrario, el ácido α-linolénico (ALA), que se encuentra en fuentes vegetales como las nueces, las semillas de lino y las semillas de chía, experimenta una conversión limitada a EPA y DHA a través de la elongación y la desaturación.  

 

La proporción de ingesta dietética de ácidos grasos n-6 a ácidos grasos n-3 (proporción de ingesta de ácidos grasos n-6/n-3) también puede ser crítica para la salud muscular, ya que ambas familias de ácidos grasos compiten por vías enzimáticas y tienen efectos inflamatorios opuestos.  

 

Las dietas occidentales suelen tener proporciones elevadas de ingesta de ácidos grasos n-6/n-3 (15:1 a 20:1) en comparación con la proporción recomendada de 4:1, lo que promueve un estado más proinflamatorio que puede acelerar la degradación de proteínas musculares e inhibir la síntesis muscular, promoviendo la pérdida muscular. Si bien la ingesta de ácidos grasos n-3 y n-6 y su proporción pueden influir en los músculos durante el envejecimiento, la proporción de ingesta óptima sigue sin estar clara. 

 

Dada la incertidumbre en la literatura existente, un nuevo estudio busco cuantificar la asociación entre la ingesta dietética de ácidos grasos n-3 y la proporción de ácidos grasos n-6/n-3 con la masa y la fuerza muscular en 61.381 personas (28.187 hombres y 33.194 mujeres) adultos mayores (60 años o más) utilizando datos del estudio del Biobanco del Reino Unido.  

 

La suplementación con omega-3 y su impacto en la masa y fuerza muscular  

 

Luego del análisis de los resultados, se observó una asociación positiva entre la ingesta de ácidos grasos n-3 y la fuerza de prensión manual tanto en hombres como en mujeres, incluso después de ajustar los factores de confusión clave, como los factores sociodemográficos, de estilo de vida y relacionados con la salud. Sin embargo, estas asociaciones no estaban presentes entre las personas con sarcopenia.  

 

Con respecto al índice de masa muscular, la ingesta de ácidos grasos n-3 no se asoció con la masa muscular en hombres, ni en mujeres, en modelos completamente ajustados, aunque entre aquellos con sarcopenia, se observó una asociación positiva en los hombres.  

 

Además, no se encontraron asociaciones consistentes entre la relación de ingesta de ácidos grasos n-6/n-3 y el índice de masa muscular o la fuerza, aunque se observaron asociaciones negativas con el índice de masa muscular en hombres y la fuerza de agarre absoluta en mujeres. 

 

“La fuerza de agarre en ambos sexos fue mayor con cada porción adicional de pescado azul consumida por semana”, resaltan los autores. Aunque estas comparaciones son útiles, aclaran que “el pescado azul contiene nutrientes como proteínas y vitamina D, por lo que estos datos no aíslan el papel potencial de los ácidos grasos n-3 per se”.  

 

De acuerdo con lo recogido por el nuevo trabajo, una mayor ingesta de ácidos grasos n-3 está asociada con una mayor fuerza muscular tanto en hombres como en mujeres. Estos hallazgos concuerdan con resultados anteriores y los refuerzan al demostrar que no había una relación clara entre la ingesta de ácidos grasos n-3 y la fuerza de agarre en personas con sarcopenia o en mayores de 65 años.  

 

“Esta falta de asociación en los mayores de 65 años y/o aquellos con sarcopenia sugiere que los ácidos grasos n-3 pueden ayudar a prevenir, pero no revertir, el deterioro muscular, aunque la magnitud de la prevención probablemente sea pequeña dentro de los rangos de ingesta actuales”, subrayan los investigadores.  

 

Por otro lado, no se encontraron asociaciones consistentes entre la proporción de ingesta de ácidos grasos n-6/n-3 y la fuerza o la masa muscular en hombres o mujeres. En general, comentan que los resultados contribuyen al creciente conjunto de evidencia que sugiere que la proporción de ingesta de ácidos grasos n-6/n-3 puede no tener un impacto significativo en la salud muscular de los adultos mayores, independientemente del sexo.  

 

En resumen, los datos actuales demostraron una relación entre la ingesta de ácidos grasos n-3 y una mayor fuerza de agarre, aunque la magnitud de la asociación fue pequeña, sin un patrón claro de asociación con la proporción de ingesta de ácidos grasos n-6/n-3.  

 

“Esto sugiere que, dentro del rango dietético típico, el consumo de ácidos grasos n-3 podría no ofrecer beneficios significativos para la salud pública en cuanto a la mejora de la fuerza muscular, y que podrían ser necesarias estrategias de suplementación con dosis más altas, específicamente con EPA y DHA, para obtener los beneficios de una mayor ingesta de ácidos grasos n-3", finalizan los expertos.  

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